Con emoción y “un poco de estrés”, una veintena de artistas y escultores revisan los últimos detalles de los carros alegóricos, calaveras y demás elementos que saldrán a las calles durante el Gran Desfile del Día de Muertos que tendrá lugar este 29 de octubre en la Ciudad de México, atracción que, esperan las autoridades, atraerá a decenas de miles de personas.
Durante un recorrido por el Faro Oriente, en la alcaldía Iztapalapa, Raúl Osorio, integrante del colectivo Última Hora, contó que las últimas tres semanas los artistas han trabajado “a marchas forzadas”, en turnos de hasta 15 horas, para elaborar piezas con “la espectacularidad” a la que la gente está acostumbrada en este tradicional evento.
En este espacio, donde conviven artistas y artesanos de distintos oficios, como cartonería, herrería, carpintería y otros, se están trabajando cinco piezas monumentales, labor que incluye la rehabilitación de algunas usadas en Spectre, la película de James Bond que se filmó en México en el 2015 y que dio origen al desfile que ahora se disfruta año tras año.
Entre las piezas que se encuentran en fabricación destacan el Portal al Mictlán, que abrirá el Gran Desfile; un empujable llamado “La Calaca”, las piezas de unas bicicletas que representan al Dios Quetzalcóatl, cráneos gigantes, y algunas catrinas monumentales que representarán a los 32 estados de la República.
También hay 16 arcos decorados con motivos de calaveras y flores de papel anaranjadas, en representación de las 16 alcaldías de la Ciudad de México.
En total son 24 personas las que trabajan en el taller del Faro Oriente; sin embargo, el día del desfile serán aproximadamente unas 40 las que se sumen a los esfuerzos para dar vida a las piezas monumentales.
“La gente espera mucho, entonces es un nerviosismo, porque hay que entregar todo para que el público se vaya satisfecho de lo que estamos haciendo, se siente mucha satisfacción”, expresó Raúl.
Por separado, en un taller localizado en la alcaldía Venustiano Carranza, unas diez personas confeccionan alrededor de 300 vestuarios que saldrán a lucirse el sábado durante el desfile.
Samuel Conde, realizador de vestuario y jefe del taller, explicó que el proceso inicia con los bocetos de los diseñadores; “nosotros hacemos esta traducción del concepto del papel a la tela, y hacemos una búsqueda de telas, estructuras, brillos y colores, para que al final, lo que ellos pensaron lleve a elaborar algo que se pueda utilizar”.
Para Samuel, participar en la producción de las vestimentas para este desfile es un orgullo, pues una vez que se realiza el evento, “todos vemos nuestro trabajo en una producción internacional”.