Obras costosas pero inservibles en algunas de las zonas más marginadas de la alcaldía Álvaro Obregón son parte de la herencia que dejó la administración anterior, encabezada por la ahora gobernadora de Campeche, Layda Sansores.
Una mujer de la tercera edad baja a duras penas, con una mano sosteniéndose de su bastón y con la otra del barandal, las decenas de escalinatas que conforman la calle Columbus, en la colonia Estado de Hidalgo.
Es mediodía y el rayo de sol pega a todo lo que da. Tras la mujer se aprecia la vía del famoso elevador inclinado, que a poco más de un año de su inauguración, permanece cerrado e inservible.
El funicular, estrenado apenas en julio del 2021, costó 53 millones de pesos y al construirlo se tenía la intención de mejorar la movilidad para los habitantes de las 18 colonias que están ubicadas en las pronunciadas subidas y bajadas de la barranca de Mixcoac.
Sin embargo, desde diciembre pasado permanece fuera de servicio, por lo que para vecinos de la zona consultados por La Razón, la obra se volvió “inútil”.
Para Daniela, quien vive en las zonas de barrancas de esta demarcación, el elevador que prometía innovación y facilidad en los traslados, “lejos de ayudar ocasionó muchos problemas, los cuales se vieron desde su apertura —con dos descarrilamientos ocurridos en septiembre del año pasado— fallas y contaminación auditiva”.
El elevador, lejos de ayudar ocasionó muchos problemas, que se vieron desde su apertura, con un descarrilamiento, fallas o contaminación auditivaDaniela <br>Vecina de Álvaro Obregón
“Yo creo que tenerlo aquí parado, cuando ya se gastó en él, es más inútil que no tenerlo, porque encima es dinero que, yo pienso, está desperdiciado”, dijo la vecina.
El riel por donde se supone tiene que avanzar la cabina del elevador está ubicado entre las casas, en una calle sumamente empinada, donde además se observan decenas de cables salidos y hechos nudo, instalados de forma incorrecta o en contacto con las viviendas, lo que incluso podría ocasionar un accidente entre la población.
La obra forma parte del proyecto “Escalando vidas, tejiendo destinos” implementado por la exalcaldesa Sansores Sanromán, en conjunto con unas escaleras eléctricas, cuyo costo fue de 66 millones de pesos y que para los habitantes de la zona son igualmente poco o nada útiles, pues hace tiempo que no se usan.
En un recorrido realizado por este medio se pudo constatar que dichas escaleras, localizadas a unas calles del funicular, se mantienen apagadas, por lo que los habitantes usan las empinadas escalinatas de los alrededores para poder descender o subir a sus viviendas.
“Ya lleva tiempo que no sirven. Y desde que las abrieron, por una cosa u otra, a veces dejaban de funcionar; en un comienzo servían creo que dos o tres días y la gente empezó a pedir que estuvieran abiertas todos los días”, comentó un comerciante de la zona.
No obstante, cuando sí funcionaban, contaron los vecinos, no lo hacían de forma adecuada, pues no siempre estaban encendidas, además de que están hechas para dar servicio en un solo sentido y a determinadas horas del día y se apagan cuando llueve.
Actualmente los vecinos suben y bajan por las escaleras de cemento que están ubicadas en los dos extremos de las escaleras eléctricas, en las que se observa polvo debido a la falta de uso. En los alrededores de estas obras no se observa vigilancia ni elementos de seguridad.
Ambas obras, que supuestamente servirían para mejorar la movilidad de los habitantes de la zona, causaron gran polémica, a pesar de haber sido emblemas de la gestión de la exalcaldesa.
PRESENTAN DENUNCIAS.La actual administración, encabezada por Lía Limón, ya presentó una denuncia ante la Contraloría General de la capital en contra de los responsables de las irregularidades de estas obras, las cuales considera un “elefante blanco”.
Por su parte, vecinos de la demarcación reunieron firmas para presentar una denuncia ante el Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México. En su escrito solicitarán que sean sancionados los responsables de las fallas y que se retire el elevador.
En poco más de dos años de gestión como alcaldesa de la demarcación, Layda Sansores Sanromán estuvo involucrada en diversas polémicas.
Una de las primeras de su administración fue cuando se dio a conocer que la ahora gobernadora presuntamente habría adquirido muebles de hasta 750 mil pesos para arreglar su oficina.
Otra polémica se originó cuando se encontró un cachorro de tigre en su oficina. Su administración negó cualquier posible irregularidad y argumentó que estaban resguardando al felino, luego de que una asociación lo llevara ahí.