Ahora que el multihomicidio ocurrido en 2015 en la Ciudad de México, conocido como “Caso Narvarte” por el lugar donde ocurrieron los hechos, ha vuelto al debate gracias al documental de Netflix “A plena luz” (dir. Alberto Arnaut, 2022), se ha reabierto la discusión sobre lo que, se acusa, ha sido una revictimización de quienes fueron privados de la vida ese día.
A lo largo de los siete años y medio en los que colectivos y grupos de activistas han buscado justicia por el caso, éstos han destacado que las autoridades, en pos de mantener intactos a funcionarios públicos, han fabricado versiones en las cuales se coloca a las víctimas en situaciones que motivaron naturalmente el multihomicidio, lo cual niega cualquier tipo de ajusticiamiento político.
Así, un repaso por el perfil de las cinco víctimas del “Caso Narvarte” permite continuar el diálogo en torno a las causas de este multihomicidio.
¿Quiénes fueron las cinco víctimas del “Caso Narvarte”?
Nadia Dominicque Vera, activista
Los primeros antecedentes del involucramiento en el multihomicidio de la Narvarte del Gobierno, particularmente del de Veracruz, encabezado entonces por Javier Duarte, se remontan a la participación de la antropóloga social y activista Nadia Vera en una serie de protestas ocurridas en esta entidad entre 2012 y 2014, al mismo tiempo del movimiento #YoSoy132, las cuales derivaron en violencia y detenciones contra periodistas y manifestantes.
Nadia Vera nació en Chiapas, en 1983, pero se mudó a Veracruz en 2005 para terminar sus estudios en antropología social en la Universidad Veracruzana. Además de su labor como activista, también se desempeñaba como productora cultural del Festival Internacional Cuatro X Cuatro Arte Escénico Contemporáneo, a través del cual, desde 2009, promovía diferentes tipos de artes escénicas en la periferia del territorio mexicano.
A lo largo de su participación en marchas y movimientos sociales, Nadia Vera reportó haber sido agredida en diferentes ocasiones por la policía. Por ello, durante la época de las protestas en Veracruz contra Javier Duarte, responsabilizó públicamente a aquel mandatario por su integridad física. En consecuencia, después de reportar amenazas de muerte en su contra, decidió refugiarse en la Ciudad de México, para lo cual llegó al departamento 401 del edificio en la calle Luz Saviñón 1909, colonia Narvarte.
Rubén Espinosa Becerril, fotógrafo
“Una piedra en el zapato”, como lo definió para medios la activista animalista Gabriela Martínez. Rubén Espinosa, nacido en 1983, en Tacubaya, del entonces Distrito Federal, era un fotógrafo especializado en cobertura de movimientos sociales, conocido en el gremio por el desarrollo de una técnica personal, así como su gusto por compartir sabiduría con sus colegas.
Aunque comenzó su carrera haciendo fotografías para las campañas de Javier Duarte —después de mudarse a Veracruz, en 2009—, al poco tiempo encontró su vocación por la cobertura de temas políticos, lo cual realizó a través de medios como Cuartoscuro y Proceso.
En esta última revista, en la portada de su número 1946, es en donde se publicó la fotografía que, según opinólogos, terminó por despertar la animadversión de Duarte de Ochoa contra él; una en donde aparece el exgobernador mirando hacia la cámara con un gesto de repruebo.
Así, Rubén Espinosa se volvió crítico del gobierno de Duarte, y participó activamente en las manifestaciones del 2012 en contra de su gobierno, en las cuales conoció a Nadia Vera, de quien siguió los pasos de mudarse a la capital mexicana después de que, al igual que su amiga, comenzara a recibir amenazas por su labor.
Yesenia Quiroz, maquillista
La maquillista aficionada, quien aspiraba a profesionalizar su labor, compartió el departamento de la colonia Narvarte con Nadia Vera, a la llegada de la segunda a la capital mexicana.
Yesenia Atziry Quiroz, quien tenía 18 años cuando ocurrieron los hechos del “Caso Narvarte”, había dejado la casa de su madre en su natal Mexicali, Baja California, a los 16 años, después de abandonar los estudios de nivel secundaria.
Su objetivo era asentarse en el entonces Distrito Federal para aprender profesionalmente el oficio del maquillaje. Así, trabajó como edecán, demostradora y maquillista, lo que, además de permitirle acercarse a costear las colegiaturas de la escuela a la que buscaba inscribirse, le ayudaba a pagar la renta del departamento 401.
Yesenia Quiroz, junto con su amiga y cohabitante Mile Virginia Martín, han sido señaladas como las responsables de atraer a los homicidas al departamento donde ocurrieron los hechos del “Caso Narvarte”, ya sea por sus acciones o por sus relaciones. A propósito, se ha destacado en medios que la primera era sobrina política de Jesús Reyna, exgobernador de Michoacán, quien fue detenido en 2014 por presuntos nexos con el cártel de los Caballeros Templarios.
A pesar de ello, familiares de Yesenia y de las demás víctimas han reprobado estos juicios.
Mile Virginia Martín, modelo
Fue Yesenia quien, en junio de 2015, llevó a vivir a este mismo departamento a Mile Virginia Martín, una mujer originaria de Bogotá, Colombia, que mantenía amistad con la mexicana pese a una diferencia de edad de 13 años.
De acuerdo con declaraciones de sus familiares a medios, Mile Virgnina Martín había viajado hasta la capital mexicana en búsqueda de mejores oportunidades en su labor como modelo y, cuando ocurrieron los hechos del “Caso Narvarte”, ya estaba planeando su regreso definitivo a Bogotá.
Al igual que su amiga Yesenia Quiroz, la presencia de Mile Virgnia en el departamento donde ocurrió el multihomicidio ha sido objeto de especulaciones y formulación de teorías.
En un intento de explicar el móvil de los hechos, la Procuraduría General de Justicia del entonces Distrito Federal expuso la versión de que Mile Virginia, además de modelo, ofrecía servicios como dama de compañía, lo cual habría sido el verdadero motivo de la asistencia de los perpetradores del crimen al departamento, en vez de algún motivo de carácter político.
De la misma forma, se mostraron supuestas pruebas de que, antes de la noche de los hechos, Mile Virgina había recogido un ladrillo de cocaína del Aeropuerto de la capital mexicana, cuya recuperación por parte de integrantes del crimen organizado habría motivado el multihomicidio. Sin embargo, activistas y defensores de las víctimas sostienen que esta versión es falsa, y que responde a lo que, acusan, fue una alteración de las evidencias y de la escena del crimen.
Olivia Alejandra Negrete, trabajadora doméstica y madre
“Morir en el segundo día de trabajo”, escribió Proceso en 2015. De acuerdo con un reporte del mismo medio, Olivia Alejandra había empezado a trabajar en el departamento tan sólo una semana antes de los hechos del “Caso Narvarte” por recomendación de una amiga, quien le contó sobre “una colombiana” que necesitaba servicio doméstico en el mismo.
Anteriormente, Olivia Alejandra, de 40 años, trabajaba en un negocio de comida cerca de Naucalpan, Estado de México, donde residía. Sin embargo, se vio obligada a cambiar de empleo ante las difíciles condiciones laborales y la necesidad de ganar más dinero con el objetivo de apoyar a sus tres hijos después de su divorcio, así como ahorrar para la fiesta de XV años de Arlette, su hija menor.
La noche del multihomicidio, Olivia Alejandra se presentó al departamento para su segundo día de trabajo, sin que pudiera volver a casa. El hecho no sólo impactó negativamente en sus hijos, sino que también les provocó disgusto ante el manejo de la prensa y las autoridades del mismo, pues, acusaron sus familiares, a la víctima la relegaron a un segundo plano, etiquetándola solamente como “la doméstica”.
“Alejandra era una persona muy alegre, siempre positiva. Siempre veía por su familia y ayudaba a la gente que estaba alrededor”, narra una carta escrita por sus familiares para el memorial de Artículo 19.
AM