El despliegue de la Guardia Nacional (GN) en el Metro de la Ciudad de México generó reacciones de inconformidad entre algunos organismos defensores de los derechos humanos y legisladores de oposición, así como opiniones encontradas entre usuarios de este sistema de transporte.
Amnistía Internacional llamó, mediante un mensaje emitido en sus redes sociales, a “respetar y garantizar que las labores de seguridad pública sean realizadas por instituciones civiles”.
Junto a la frase, “no a la militarización”, la organización dijo que con el despliegue de más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional en el Metro “se atenta contra el principio de excepcionalidad, abonando al proceso de normalizar la militarización del país”.
A su vez, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh) consideró el despliegue “preocupante”, por ser patente que esta corporación (la Guardia Nacional) “reproduce las inercias castrenses de opacidad y uso excesivo de la fuerza”.
El organismo hizo un llamado a que la Comisión de Derechos Humanos capitalina sea un contrapeso “frente la militarización de la ciudadanía”.
En tanto, la bancada del PAN en el Congreso local acusó a las autoridades de “militarizar” al Metro, mientras que Movimiento Ciudadano señaló que su presencia “no resuelve el problema de fondo”.
A su vez, la diputada federal del PAN Ana Valenzuela atribuyó los percances en el Metro a recortes presupuestales y no a “cosas fuera de lo normal”, mientras que el diputado de Movimiento Ciudadano Salomón Chertorivski calificó como una “irresponsabilidad” la medida, al argumentar que el problema no se resuelve “con cortinas de humo”.
Por otro lado, algunos usuarios del Metro se dijeron “conformes” con la llegada de la GN, pero otros consideraron la medida “poco útil” o incluso una amenaza para su integridad.
Karla, quien utiliza todos los días la Línea 2 para viajar desde Cuatro Caminos hasta el centro de la capital, se dijo “conforme con que las autoridades tomen cartas en el asunto”, particularmente ante “la gran cantidad” de incidentes que se han reportado en los últimos días.
Rosario Canchola, otra ciudadana que hace uso de la línea azul, expresó a La Razón que la GN abonará “a tener un ambiente menos hostil”, aunque dijo que “no es una garantía” de que ya no vaya a haber más accidentes. “¿Al final ellos qué pueden hacer si se cae el Metro o si se quema?”, cuestionó.
En cambio, Jonathan consideró que la llegada de la GN no será de utilidad, como sí lo sería darle más mantenimiento.
“Nadie me cuenta, yo lo he visto, llevo más de 20 años usando el Metro, prácticamente cada día me subo, y sí se nota que el servicio está lento, que ha habido muchos accidentes, muchos percances, es mucha falta de mantenimiento la que tiene”, consideró.