Vemos a muchas de las infancias en México en las calles, pidiendo monedas, vendiendo dulces. Otras más, guardando silencio en los salones de clases porque de abrir la boca, se convierten en víctimas de bullying. Muchas más siendo víctimas de violencia en casa, desde la psicológica, hasta la física. No olvidamos a las que el adultocentrismo minimiza.
Jorge Zetina, responsable de Capacitación en la Asociación Civil Gendes, platicó con La Razón respecto a las violencias en las infancias, a cómo las viven en México y lo que como sociedad y medios de comunicación deberíamos hacer para reducirlas.
¿Qué son las violencias en las infancias?
No es tan fácil la definición, de entrada. Cuando hablamos de violencia en las infancias nos remitimos más a violencia física o psicológica; a maltrato que va desde la reducción del niño o la niña con un "tú qué vas a saber" hasta la agresión física, sin embargo, el tema va más allá y sí, tiene que ver con los reflejos que en nuestro actuar, les mostramos como sociedad.
"La violencia que viven niños, niñas y adolescentes por parte de los adultos son situaciones que van forjando una percepción del mundo como un espacio hostil o un espacio en donde no se pueden desarrollar libremente o donde se definen ciertas formas de tener que ser o incluso de identidad", nos explica Jorge.
Por ejemplo, pensando en el bullying y en el discurso que se ha construido alrededor de él, la violencia en las infancias "tiene que ver con cómo con niñas y niños hay conductas que ellos hacen que son reafirmativas de estos órganos sociales, pero que de pronto se interpretan como si fuera crueldad o desde una esencia maligna de niñas y niños, cuando en realidad son reflejos de lo que la misma sociedad está construyendo".
El adultocentrismo como violencia hacia niños y niñas
La violencia en las infancias, comúnmente la relacionamos sólo con lo que pasa en casa: el maltrato de los padres, de los hermanos, de la familia en general, pero ¿es la única violencia en las infancias que existe? ¿Entra aquí el bullying, el acoso, el matrimonio forzado, el adultocentrismo?
"Aquí ya podemos hablar de otras formas de violencia estructurales que tienden a ser más complejas, pero incluso pensando en la violencia que viven las infancias en las escuelas, en el transporte público, entra el concepto del adultocentrismo", dice Zetina.
Parte del precepto en que los espacios de los que, se supone, deberían disfrutar tanto adultos como jóvenes y niños y niñas, no están pensados para las infancias. "Lo que encuentran niños y niñas cuando salen al mundo son espacios hostiles. Cuando nos centramos en casos de violencia de niños y niñas, se tiende a pensar: '¿Dónde estaban los papás? ¿Dónde estaba la mamá? ¿Dónde estaban los profesores?', pero no pensamos en que no deberían vivir esas violencias, en que no deberían estar expuestos, expuestas a esas formas de violencia. Lo que debemos pensar en cómo hacerle para que esta sociedad no sea una sociedad hostil hacia las infancias", agrega.
La sociedad debe contribuir para reducir las violencias
De acuerdo a lo explicado por Gendes, las cosas que son hostiles para la infancia son hostiles también para la adultez. Se piensa, por ejemplo, en un espacio con mucho ruido, con mucha gente. Puede ser que para nosotros como adultos, aunque sea un espacio recurrente y aún siendo hostil, puede ser cómodo. Estos espacios no son propios para niños, son espacios donde niñas y niños no deben estar. "Nosotros debemos hacer son espacios más amigables, más reconocidos y orientados hacia las infancias es hablar justamente con las infancias especiales y darles un papel protagónico en nuestras sociedades. Las infancias son personas con derechos, no tenemos que esperar a la adultez para respetar esto", explica Jorge.
En referencia a cómo Gendes trabaja para la prevención y la reducción de las violencias en las infancias, el también psicólogo indicó: "En las escuelas trabajamos mucho con niños, niñas, adolescentes y jóvenes para probar estas relaciones igualitarias, hacer espacios dialógicos, participativos, exponenciales, donde a través de sus propias vivencias y experiencias nos vamos al centro de lo que piensan, lo que necesitan y esas necesidades y pensamientos se conviertan en alternativas".
Los medios de comunicación también juegan un papel importante
Ante las violencias en las infancias, se tiene que ser objetivo en todos los aspectos y los medios de comunicación también jugamos un papel importante en la estadística negativa. Muchos, en desconocimiento total, vulneran de alguna manera las identidades o derechos de niños y niñas en trabajos que, aunque busquen difundir alguna clase de maltrato o historia personal, rebasa el límite permitido para no actuar con violencia contra las infancias.
"Hay una responsabilidad importante por parte de los medios de comunicación sobre todo en cómo se transmite esta representación social de las infancias. No se habla de las cosas que hacen a las infancias participar en la sociedad, pareciera que su participación de pronto es pasiva, como cuando decimos 'niños y niñas ya van a regresar a clases' y se hacen notas sobre cómo ya van a tener sus actividades de vuelta, pero siempre son un objeto pasivo en las notas. En el caso de hechos de violencia, incluso de extrema violencia, en relación a sus derechos humanos, no es la excepción. De pronto cuando se comparten estas notas, como en los casos de estas niñas en Teotihuacán, de pronto se olvida que hay personas con una historia de vida, que están siendo destrozadas por esta violencia". Como medios de comunicación, concluye Jorge Zetina, debemos tener "una comunicación con actitud responsable, de protección a la infancia, de su identidad, pero también que promueva otra representación de las niñas y de los niños, que promueva otra forma de verlas en nuestra sociedad, de hacerlos parte de las decisiones que se tomen, que niñas y niños puedan parte de esta opinión sobre lo que pasa en la sociedad, que se escuchen sus voces ante los problemas que los afectan directamente".