“Cuando yo era niña podía nadar, incluso tomar agua de los canales, no estaban contaminados, no era nada de lo que hoy se ve y es triste ver el deterioro de algo tan bonito que nos ofreció la naturaleza, ahora convertido en espacios secos o llenos de basura”, comentó Magda, habitante de Xochimilco.
Magda hoy en día tiene nietos y lamenta que ellos no puedan gozar de la infancia que ella disfrutó en el lago, debido a que hoy en día lo que queda de él sufre de grandes problemas de contaminación que afectan al agua, a la fauna, a las plantas y a las personas.
El deterioro de los canales es evidente. Durante un recorrido por el lugar se pudo constatar que sobre el agua turbia flotan bolsas de plástico, piedras y envolturas de frituras y botellas, que sólo se mueven un poco al paso de las canoas.
Jonathan Fletes, licenciado en Ciencias Ambientales para Zonas Urbanas egresado de la Universidad Rosario Castellanos y quien participa en un proyecto relacionado con el área lacustre de Xochimilco, dijo a La Razón que la zona chinampera “está degradada, deteriorada, amenazada y en riesgo”.
El especialista comentó que estamos hablando de “un estado crítico, pues hay contaminación de todo tipo, biológica, química y física”.
Agregó que las principales fuentes de contaminación de los canales vienen de las descargas de aguas residuales clandestinas por parte de los asentamientos humanos irregulares que se encuentran en la zona, además de hidrocarburos, productos de combustión, plásticos, pesticidas, detergentes, derivados del azufre, fosfatos y metales pesados.
Jonathan explicó que “otro de los grandes problemas de Xochimilco es el cambio de uso de suelo, ya que se está abandonando progresivamente la actividad agrícola de la zona chinampera en beneficio de usos recreativos, deportivos y culturales”, lo que repercute en una afectación a los ecosistemas.
Durante el recorrido realizado por este medio se pudo constatar que en algunas partes de los canales el agua es verde y en otras es café; en otras se aprecia una auténtica alfombra de plantas sobre la superficie y ahí el olor es desgradable.
Las áreas verdes de los alrededores de los canales están secas y descuidadas, algunas llenas de lodo y se aprecia que algunas casas construidas en la ribera han sufrido un hundimiento gradual.
Jonathan explicó que, aunque aparentemente las plantas que están en la superficie no son dañinas para el agua, obstruyen el paso de luz solar al interior y como consecuencia las plantas que están sumergidas no realizan su proceso de fotosíntesis, por lo que se disminuye la cantidad de oxígeno y el agua empieza a disminuir.
Otro de los grandes problemas de Xochimilco es el cambio de uso de suelo, ya que se está abandonando progresivamente la actividad agrícola de la zona chinampera en beneficio de usos recreativos, deportivos y culturalesJonathan Fletes, Especialista en Medio Ambiente
Lugareños comentaron que a los turistas se les hace fácil tirar basura y consumir bebidas alcohólicas en los recorridos, pero les da por tirar los residuos de las cervezas al agua, lo que contribuye a la contaminación.
El ambientalista explicó que debido a la nula conciencia del “turismo depredador”, el área chinampera está en estado crítico.
En ese sentido, resaltó que uno de los principales elementos contaminantes de los últimos tiempos son las lanchas de motor, que algunos habitantes de la zona han optado por usar para ahorrar tiempo en traslados; sin embargo, dijo, estos vehículos tienen un mayor impacto ambiental que las canoas tradicionales, por el uso del combustible.
Compartió: “El combustible deja una ola que se esparce por todos lados y debilita la estructura del borde de las chinampas, además el ruido de los motores ahuyenta a las aves, insectos, reptiles, anfibios, y a la velocidad que van, provocan que se revuelvan los sedimentos del fondo de los canales y se ensucie toda el agua”.
Piden cerrar "chelerías"
Por otro lado, el diputado local del PAN Luis Chávez exigió al alcalde de Xochimilco, José Carlos Acosta, que refuerce la seguridad y vigilancia en las trajineras, con la finalidad de reducir disturbios por situaciones que involucren consumo de bebidas alcohólicas.
Apuntó: “La venta de alcohol es un tema que fomenta puntos de delincuencia y vandalismo en las trajineras de Xochimilco, por lo que la zona ha perdido su enfoque tradicional y familiar”.
El legislador señaló que el alcalde José Carlos Acosta permite a los dueños de las trajineras y negocios aledaños cometer abusos y no supervisa el costo de los productos que ofrecen a los turistas.
En tanto, en la Comisión Permanente del Congreso local está en estudio una solicitud para que se exhorte a las autoridades de la alcaldía a que cierre las “chelerías” en torno a los embarcaderos.