Maribel Enciso y Jaqueline Palmeros son madres buscadoras que llevan años en la búsqueda de sus hijas, aunque cada una a su manera, ya sea por redes sociales o en campo. Ambas han hecho la labor que compete a las autoridades: encontrar personas desaparecidas con y sin vida.
A la hija de Maribel Enciso la robaron cuando tenía 11 meses de edad en su consultorio de óptica localizado en Tecámac, Estado de México, donde cuidaba a la menor. El 21 de septiembre de 2010 Geyser Crespo García entró como un supuesto cliente, atacó a la mujer y se llevó a la bebé.
“Las autoridades dejaron pasar muchas líneas de investigación; además, culpaban a mi esposo, porque yo estaba inconsciente por el ataque, 10 días después, cuando desperté, dije las señas particulares del sujeto y en octubre lo detienen (a Geyser), porque una chica de 14 años lo denunció como su violador en Tultitlán”, contó Enciso a La Razón.
Crespo García ahora está en el Penal de Texcoco, El Molinito, con una sentencia de 83 años de prisión; sin embargo, Enciso reclamaó que no hay acceso a la verdad, pues el acusado se ha contradicho en las declaraciones, por lo que la mujer no detiene su búsqueda de justicia.
La activista resaltó que las autoridades intentaron cerrar el caso, pero los familiares de la menor de edad insistieron en que se investigara qué sucedió con su hija, por lo que la Unidad de Análisis y Contextos detectó los errores del expediente y se hizo un estudio en el que se determinó que su hija fue víctima de trata de personas con fines de adopción ilegal.
Enciso dijo que a raíz de la desaparición de su hija a difundió la imagen de ella en las redes sociales, pero fue desde hace cuatro años cuando comenzó a colaborar con colectivos de madres buscadoras para ayudar a otras víctimas y a sus familias.
“Mi principal herramienta son las redes sociales. Difundimos imágenes, así como la progresión de edad. Se han divulgado en Argentina, España, Italia, Ecuador y gracias a ello algunos padres han encontrado a sus hijos; también, por la difusión, se pudo detener a un presunto feminicida en 2016”, aseguró.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, de enero de 2018 al 9 de mayo de 2024 se reportaron cinco mil 725 personas desaparecidas en la ciudad. Del total, mil tres desaparecieron en Iztapalapa, 721 en Cuauhtémoc, 794 en Gustavo A. Madero.
El portal indica que de los cinco mil 725 desaparecidos, tres mil 395 son hombres y representan 59.3 por ciento del total, mientras que hay dos mil 154 mujeres sin localiza que son 37.6 por ciento, mientras que tres por ciento, es decir, 176 víctimas fueron clasificadas como indeterminadas.
La desaparición, a diferencia de la no localización, está relacionada con distintos delitos como la trata de personas, feminicidios, secuestro, rapto, homicidios y reclutamientos.
Jaqueline Palmeros es mamá y busca a su hija desde el 24 de julio de 2020, quien desapareció a los 21 años entre las alcaldías Iztacalco e Iztapalapa durante la pandemia por Covid-19.
“La emergencia sanitaria fue un parteaguas para las familias buscadoras a nivel nacional porque se retrasaron muchas diligencias, pero el apoyo de las familias de fortaleció.
“Hay quienes dicen que fue irresponsable continuar buscando, pero cuando te desaparecen a un hijo se llevan la vida entera de uno”, subrayó la activista.
En febrero de 2021 Palmeros fundó el colectivo Una Luz en el Camino. Externó que la primera búsqueda regional que organizó en 2021 hallaron en el Ajusco, Tlalpan, 80 por ciento de sus restos óseos de Margarita Carmona quien desapareció a sus 17 años de edad.
“Margarita tenía desaparecida un año y ocho meses, la Fiscalía nunca la buscó, ella también desapareció cuando empezaba la pandemia.
“En este año va la cuarta búsqueda regional y en todas hemos encontrado restos”, dijo.
Añadió que en todos los cerros que rodean la capital se han realizado búsquedas en las que han encontrado restos, como fue en los Dinamos, Magdalena Contreras, Fuentes Brotantes, el volcán de Tláhuac, el cerro de Guerrero, entre otros.