Este 15 de agosto se cumplen cinco años desde que Fabiola Pozadas sobrevivió a un intento de feminicidio en su propia casa ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, donde su expareja, Santander “N”, la privó de la libertad durante 24 días. A la fecha aún espera a la justicia.
Este miércoles, la víctima tuvo su audiencia oral en el Reclusorio Oriente, en la que la defensa de su presunto agresor buscó reclasificar el delito de feminicidio en grado de tentativa por violencia familiar para postergar su sentencia.
En 2019, Fabiola Pozadas estuvo privada de la libertad en su propia casa durante 24 días, tiempo en el que se dio cuenta que su agresor era un presunto falsificador de pinturas clásicas y robaba propiedades; en otro intento de agresión, ella huyó de su casa y brincó entre bardas la casa de una de sus vecinas.
La víctima contó a La Razón que luego de escapar y denunciar a Santander “N”, también lo señaló por presuntamente cometer los otros supuestos ilícitos.
“Me persiguió por toda mi casa y tuve que salir huyendo por los techos. Me percaté de lo que hacía por las llamadas que hacía, pero lo confirmé cuando una persona de su confianza aportó información para que lo encontraran cuando estaba prófugo de la justicia”, recordó.
Espero que permanezca mi carpeta como feminicidio en grado de tentativa y que se obtenga una sentencia máxima, porque se tiene que tomar en cuenta que no es la primera vez que intentó matarme y además se cometieron otros delitos en mi contra como secuestro, privación de la libertadFabiola Pozadas, Víctima de intento de feminicidio
El artículo 148 Bis del Código Penal de la Ciudad de México establece una pena de entre 35 y 70 años de prisión contra quien cometa feminicidio, mientras que el artículo 200 precisa que se aplicarán de uno a seis años de cárcel.
En marzo de 2019 Santander “N” fue vinculado a proceso; sin embargo, el 25 de agosto de ese mismo año, el magistrado de la quinta sala penal del Tribunal Superior de Justicia, Salvador Ávalos Sandoval, otorgó la suspensión condicional del proceso sin notificar a la víctima.
Ávalos Sandoval fue el único magistrado que en 2018 votó en contra de reclasificar como feminicidio el caso de Lesvy Osorio, quien fue estrangulada por su pareja en la Universidad Nacional Autónoma de México el 3 de mayo de 2017.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a junio la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha reportado 30 feminicidios: siete en enero, la misma cantidad en febrero, cinco en marzo, tres en abril, dos en mayo y seis en junio.
Lo anterior representa un aumento de 15.3 por ciento en los feminicidios cometidos en comparación con el mismo periodo de 2019 cuando se registraron 26 .
En lo que respecta al delito de violencia familiar, ha habido 19 mil 743 casos en los seis primeros meses de este año.
El Observatorio Nacional Ciudadano, en la alcaldía Cuauhtémoc, donde ocurrieron los hechos, hubo dos feminicidios en los seis primeros meses de 2019, mientras que este 2024 van cuatro en el mismo periodo.
Además, en 2019 hubo mil 17 casos de violencia familiar en la alcaldía Cuauhtémoc de enero a junio, pero en este año van mil 370.
DEFENSA VIOLENTA. La abogada de la mujer, Gabriela Amores, explicó a este diario que la audiencia oral celebrado ayer fue para desahogar la precisión para acreditar la tentativa de feminicidio, pero consideró que se llevó de manera violenta.
“La defensa de los feminicidas siempre es muy violenta, siempre quiere desacreditar a las víctimas, darles impresiones. El mismo imputado en algún momento empezó a reírse de la víctima. Esperemos que el juez tenga mirada imparcial para dar respuesta a las objeciones que pedimos”, dijo.
La jurista comentó que en la audiencia de ayer en varias ocasiones Fabiola Pozadas fue revictimizada, pues uno de los cuatro abogados de Santander “N” insistía en repetir preguntas e interrumpir al juez, incluso cuando sele indicó que no lo hiciera, por lo que fue necesario decirle al abogado que en caso de volver a interrumpir se sometería a una sanción.
Explicó que el legista del agresor hizo preguntas que respondían a hechos que ella (la víctima) ya había comentado, insistió en que describirá en repetidas veces cómo fue agredida, la interrumpía y nuevamente el juez llamó su atención.
“Aunque las preguntas no fueron aceptadas por el juez, el hecho de que las escuchara ya se revictimizó al momento de expresarlas, es muy común con la defensa de un feminicida, parte de su mecanismo es la desacreditación para hacer creer al juez que ellas (las víctimas) mienten”, explicó.
Gabriela Amores explicó que la carpeta no debe reclasificarse, pues un juez determinó que la respiración es un órgano vital. Describió que se trata de un hecho muy preciso, pues si la víctima logra zafarse se considera violencia familiar, pero si el imputado no llegó a su resultado es tentativa.
Fabiola Pozadas comentó que le llama la atención que en las salas de audiencias aún permean los estereotipos de género, pues reclamó que el abogado de Santander “N” le habló de manera despectiva e inadecuada, pero el Poder Judicial de la Ciudad de México no actuó al respecto.
“Se necesita poner más atención en esas conductas tan normalizadas por propios jueces y abogados. A una perito la tuteo, la regañó como hija y el juez no dijo nada”, comentó.
La víctima confió en que se haga justicia para que Santander “N” sea llevado ante la justicia; no obstante, el juicio aún no termina, por lo que continuará la espera para que el presunto agresor reciba, o no, una sanción.