La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México registró la caída de un árbol de al menos 30 metros en la alcaldía Miguel Hidalgo.
De acuerdo a los primeros reportes, el diámetro del árbol es de 3 metros y al momento es seccionado por elementos del Heroico Cuerpo de Bomberos capitalino, en coordinación con Protección Civil de la alcaldía.
Las autoridades señalan que hasta el momento el saldo es blanco; esto es, que no se reportan víctimas, heridos o daños.
El hecho se registró en las calles Emilio Castelar y Julio Verne, colonia Polanco Tercera Sección, por lo que, si circula por la zona, es necesario tomar precauciones.
Recordar que se esperan precipitaciones fuertes en el transcurso del día, por lo que los riesgos asociados son precisamente la caída de ramas y árboles.
No fue el único incidente de este tipo registrado a lo largo del día, pues más temprano, el Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México informó que colaboró en el retiro de una rama de aproximadamente 12 metros de largo en la colonia Federal, en la alcaldía Venustiano Carranza.
La misma labor se realizó más temprano en la colonia Huichapan, en la alcaldía Xochimilco, con una rama de aproximadamente 35 metros de largo.
¿Por qué se caen los árboles en temporada de lluvias?
La caída de árboles durante la temporada de lluvias es un fenómeno común que puede atribuirse a varios factores interrelacionados. Uno de los principales es la saturación del suelo, que ocurre cuando las lluvias intensas hacen que el terreno se vuelva blando y húmedo.
Esta condición reduce la capacidad de anclaje de las raíces, aumentando la vulnerabilidad del árbol, especialmente si se presentan vientos fuertes.
Además, las condiciones de las raíces juegan un papel crucial. Los árboles con sistemas radiculares poco profundos o dañados, ya sea por un trasplante inadecuado o por estar rodeados de concreto en entornos urbanos, son más propensos a caerse.
También, ciertas especies de árboles son más susceptibles a la caída, especialmente aquellas que no pierden sus hojas en invierno, ya que su estructura puede no estar diseñada para soportar el peso adicional de las hojas mojadas.
La poda inadecuada también puede debilitar la estructura del árbol, haciéndolo más propenso a romperse bajo la presión del viento y la lluvia. Por último, los árboles en malas condiciones de salud, ya sea por plagas o enfermedades, son más vulnerables a caer.
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