Registra alza de 228%

Caída de árboles en CDMX: este año, cifra más alta desde 2018

En 9 meses, 6,953 casos; lo atribuyen a degradación del suelo, escasez de agua, contaminación…

Bomberos cortan un árbol que cayó sobre un auto el pasado 19 de julio. Foto: Cuartoscuro

En más de nueve meses, el Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México llevó a cabo seis mil 953 atenciones por caídas de árboles y ramas en la capital, la mayor cifra registrada desde 2018.

En respuesta a una solicitud de Transparencia, la dependencia detalló que las atenciones registradas entre el 1 de enero al 13 de octubre de 2024 representan un alza de 228.5 por ciento en comparación con todo 2018, cuando reportó dos mil 116 hechos de este tipo.

De acuerdo con el académico de la Universidad Iberoamericana, Juan Manuel Núñez, en las últimas décadas las condiciones para el crecimiento de los árboles han empeorado debido a la urbanización en la capital.

“La caída de árboles siempre es esperada, incluso en ecosistemas naturales, pero en el ámbito urbano no tienen las mejores condiciones para desarrollar su crecimiento, esencialmente el espacio que destinamos, por ejemplo, en las banquetas donde incluso las raíces descienden del espacio que originalmente estaba pensado”, comentó a La Razón.

El experto explicó que algunos de los factores que afectan a los árboles es la degradación del suelo urbano, es decir, cambios físicos o químicos que contemplan la compactación, la alteración de las relaciones del agua, con el aire, la escasez de agua, temperaturas altas en el suelo, contaminación, entre otros factores.

Gráfico

Juan Manuel Núñez dijo que estas condiciones y otras más provocan que los árboles generen estrés y causen su caída, pues requieren de espacios amplios de suelo, pues con el paso de los años la necesidad de cada uno va cambiando.

“Como el árbol necesita agua, también necesita interactuar con el CO2 para la generación de oxígeno, pero cuando están en zonas densamente construidas, con niveles muy altos de contaminación, ese proceso de captura de CO2 no es tan eficiente como debería ser, por eso esta susceptibilidad”, indicó.

Los bomberos detallaron que la caída de árboles y ramas ha ido al alza conforme pasan los años, pues en 2019 reportó cuatro mil 661; al siguiente año cuatro mil 758; en 2021, cinco mil 265; para 2022 aumentó a cinco mil 509 y en 2023 la cifra fue de seis mil 34.

Además, de 2018 al 13 de octubre, los bomberos llevaron a cabo 35 mil 296 seccionamientos de árboles y ramas. La alcaldía Gustavo A. Madero destacó con el mayor número de emergencias al registrar tres mil 683, le sigue Iztapalapa y Álvaro Obregón con tres mil 466 cada una y Coyoacán con tres mil 450.

El académico del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus) agregó que se requiere hacer un análisis para calcular a cuánto asciende la cifra de árboles caídos en los últimos años, ya que las condiciones en la ciudad desde 2023 no mejoraron.

Además, Juan Manuel Núñez resaltó que del año pasado a la fecha se han registrado altas temperaturas que en otras épocas no se habían identificado, al igual que la temporada de lluvias, lo cual creó un desequilibrio en los árboles.

“Hemos tenido récords históricos, en el caso particular de la Ciudad de México, de temperaturas extremas, pero también en el país, luego apareció una gran cantidad de lluvia, eventos muy intensos, entonces los árboles como cualquier otro ser vivo se estresan.

“Lo cierto es que esta temporada de lluvias ha sido atípica con las otras temporadas de lluvias que en realidad han sido precipitaciones muy escasas, en la Ciudad de México en los últimos 10 o 15 años las precipitaciones habían sido mucho menores y este año fueron más”, sostuvo.

El experto subrayó que los árboles en vía pública no se atienden por las autoridades correspondientes, desde la Secretaría de Medio Ambiente, Protección Civil y las alcaldías u otras que se encarguen del cuidado de los árboles.

Juan Manuel Núñez recordó que la administración anterior recargaba el manejo de los árboles en las alcaldías, pero a raíz que se presentaron diferencias entre los gobiernos, nadie atendía el tema, sino que se trataba de eludir la responsabilidad y pasarla al otro.

“En cuanto empezó a haber diferencias de partidos en las alcaldías con el Gobierno de la ciudad, empezó a pasar la bolita de ‘te toca a ti’, ‘no me toca a mí’ y eso sí que repercutió en la gestión del arbolado, sobre todo el que está en vía pública”, aseguró.

El académico de la Ibero ejemplificó que incluso la jardinería en las alcaldías suele estar descuidada, y sólo de vez en cuando hay manejo de éstas, pero en los árboles de las banquetas el trabajo es nulo, pero se llega a intervenir, como es en el caso de la Comisión Federal de Electricidad, para despejar las líneas de luz y cable para brindar servicio.

Juan Manuel Núñez especificó que las alcaldías que tienen más árboles caídos o ramas lo son por la extensión de sus territorios y, por consecuencia, cuentan con más árboles.

“En las alcaldías de más hacia el sur no es que no haya caídas de árboles, sino que no es tan común que llamen a los bomberos cuando ocurre en un paisaje urbano rural, a diferencia de si se cae a media calle”, compartió.

El experto del Centrus añadió que la caída de árboles refleja la falta de gestión por parte de las autoridades, por lo que sugirió atender el comportamiento de los ejemplares por sequía o precipitación.

El 5 de junio de 2022 se plantó el ahuehuete sobre Paseo de la Reforma, donde murió la palmera de más de 100 años de vida, ya que estaba plagada de insectos y hongos. Días después, un auto chocó con el árbol; además, el paso de personas compactó la tierra. Tras un diagnóstico, se reveló que tenía hongos el ejemplar.

Al ahuehuete se le aplicó un tratamiento, se instalaron sistemas de riego y se colocó una barda alrededor de la glorieta para evitar el paso, sin tener resultados favorables, por lo que el 19 de mayo de 2023 se plantó un nuevo ejemplar.

En septiembre de este año, la entonces secretaria de Medio Ambiente, Marina Robles, aseguró que la temporada de lluvias favoreció a la adaptación del ahuehuete y que la actual administración decidirá si quitar las vallas que rodean la glorieta o no.