La Glorieta de Reforma no volvió a ser la misma

Bienvenida al ahuehuete que sigue entre debates

La icónica palmera fue retirada de ese lugar el 25 de abril; la especie que fue plantada en su lugar lucha por adaptarse; especialista ya la da por muerta

El joven pero enorme ahuehuete fue plantado el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente.
El joven pero enorme ahuehuete fue plantado el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente. Foto: Cuartoscuro

Todo ciclo llega a su fin. Este año fue el turno de la palmera que acompañó a los capitalinos durante un siglo y que dio nombre a la Glorieta de la Palma, sobre Paseo de la Reforma, una de las avenidas más importantes de la Ciudad de México.

En su lugar, las autoridades plantaron un ahuehuete de 12 metros de altura, que a menos de un año de haber llegado a la capital enfrenta toda clase de polémicas, debido a las dificultades que ha tenido para adaptarse a esta ciudad.

Fue el 21 de abril cuando el Gobierno capitalino anunció el retiro de la icónica palmera, debido a que se encontraba infectada de un hongo. Esta planta fue despedida por cientos de capitalinos que fueron a tomarse fotos y a abrazarla horas antes de su corte, el 25 de abril.

Ese mismo mes se lanzó una consulta virtual para que los ciudadanos eligieran qué árbol plantar en lugar de la palmera canaria, que formó parte de la capital desde el año 1920 del siglo pasado.

Un mes después, en mayo, se dio a conocer que el árbol más votado por los habitantes de la capital fue el ahuehuete, el cual obtuvo 77 mil votos a favor.

Tras su llegada a la Ciudad de México el 24 de mayo desde un vivero de Nuevo León, el 5 de junio —en el marco del Día del Medio Ambiente— el árbol fue recibido en una dicotomía propia de esta ciudad: por un lado, cientos de capitalinos que celebraron con una batucada y coloridos bailables y por otro, una protesta de colectivos y activistas que demandaron nombrar al ahuehuete “el guardián de los desaparecidos”.

La glorieta ya no volvió a ser la misma. Los colectivos la rebautizaron por su cuenta como “La Glorieta de las y los desaparecidos” y se convirtió en el punto de reunión de familiares de personas que no han sido encontradas.

Ahí, el nuevo árbol se mantiene de pie, aunque sin hojas nuevas y con apariencia seca, después de sufrir el impacto de un automóvil que se estrelló apenas dos días después de que fue plantado y de las miles de pisadas que compactaron la tierra —de acuerdo con las autoridades— por lo que tuvo que ser resguardado con tapiales.

A poco más de seis meses de haber sido plantado, el ahuehuete “ya está muerto”, lamentó Saúl Alcántara, especialista en arquitectura del paisaje de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien explicó que esto pudo deberse a diversos factores, entre ellos, que se eligió un ejemplar muy grande, lo cual vuelve “más riesgoso” el trasplante y por lo tanto, su adaptación.

“Hoy en día, realmente el árbol ya está muerto, sus hojas ya no tienen ninguna posibilidad de rebrotar ni mucho menos”, explicó a La Razón.

No obstante, aunque es posible que el ciclo de vida de este árbol haya llegado a su fin, el especialista se pronunció a favor de que se plante de nueva cuenta un ahuehuete, al tratarse de un árbol “muy bello” y un símbolo de México, pero esta vez con una mejor preparación a la hora de su traslado y trasplante y que sea de menores dimensiones para evitar riesgos.

“Hay que cambiar completamente todo el suelo que está contaminado o esperar un año a que se regenere y llevar una plantación científica. Y monitorear momento a momento cómo va el árbol”, explicó.