La polémica por el tercero y último informe que entregó la empresa DNV sobre el colapso de la Línea 12 del Metro, se desató a principios de mayo pasado, a unos días de que se cumpliera el primer aniversario de la tragedia.
El 4 de mayo, la empresa emitió un comunicado en el que aseguró que ya había entregado el tercer informe como lo solicitó el Gobierno de la Ciudad de México en mayo del 2021, luego del desplome que dejó 26 muertos.
En el texto, la compañía noruega negó la participación de algún experto con conflicto de intereses, como horas antes había circulado en medios nacionales.
Ese mismo día, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, afirmó que dicho informe era “tendencioso y falso”, que había en su elaboración un sesgo político y que la empresa no había seguido la misma metodología que con las dos primeras entregas.
“Es un informe deficiente, mal ejecutado, con problemas técnicos, tendencioso y falso, el tercer reporte”, aseguró durante una conferencia de prensa.
Asimismo, el Gobierno capitalino anunció la rescisión del contrato, además de una denuncia en contra de la empresa noruega.
Los hechos provocaron una oleada de reacciones de parte de ambas partes, que derivó en la publicación del documento del tercer peritaje (el 11 de mayo de este año) el cual hasta ese momento no se había hecho público por ninguna de las partes.
En ese tercer reporte, que quedó alojado de forma definitiva en el portal del Gobierno capitalino, la empresa menciona la falta de mantenimiento de la Línea Dorada como una de las cuatro causas del colapso.
En el informe causa-raíz, la empresa que fue contratada por el gobierno local en mayo de 2021 también señaló que hubo fallas en el diseño, la construcción y la supervisión de la obra.