Danza masiva a Tláloc | ¿Cuándo y a qué hora bailarán para pedir por las lluvias?

Recientemente, las autoridades de la Ciudad de México, encabezadas por el jefe de Gobierno, Martí Batres, aseguraron que en este momento no se vive una crisis hídrica en la capital, sin embargo, las estrategias que han implementado en diversas alcaldías con el suministro del agua por tandeo, así como los niveles críticos que registra el Sistema Cutzamala, provocan que la ciudadanía tome también sus propias acciones, por más singulares que parezcan. 

¿A qué nos referimos con esto último? A que se recurre a rituales que, presuntamente, les funcionaban a nuestros ancestros como esta invitación de la que te hablaremos a continuación, en donde se hace una convocatoria para un baile masivo y así pedirle al Dios Tláloc por lluvias que provoquen que las presas y los pozos, vuelvan a sus niveles óptimos y abastezcan de agua a la CDMX y el Edomex. 

¿Cuándo y a qué hora se hará la danza masiva a Tláloc?

Tláloc es el Dios de la Lluvia y, como en algún momento lo hicieron nuestros ancestros, ciudadanos y ciudadanas de la CDMX, convocaron a una danza masiva para pedir por lluvias abundantes para que los pozos y las presas en la capital, vuelvan a sus niveles óptimos. 

Esta danza será el 27 de julio en la plancha del Zócalo, en punto de las 13:00 horas y se espera que grupos de danza y público en general se hagan presentes para realizar este ritual y pedirle a Tláloc por lluvias masivas. "No se trata de una ceremonia religiosa, sino de un evento cultural que busca generar conciencia de la importancia del agua para el ciclo de la vida", refieren los organizadores en la invitación que ya circula en Facebook. 

¿Quién era el Dios Tláloc?

Su nombre proviene del náhuatl Tlaloctli, que significa "néctar de la Tierra". Cuando la sequía llegaba a los pueblos mexicas, se solía a invocar a este Dios para que interviniera y, cuando las cosechas resultaban exitosas, también agradecían su intervención. 

Para los mexicas, Tláloc era el encargado de gobernar los fenómenos atmosféricos y también a los espíritus de las montañas, así que su poder para provocar lluvias era tan grande, que las cosechas y las presas se llenaban de forma abundante que nunca faltaba el agua en aquellas civilizaciones. 

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