Con pollo rostizado, pasta, papas y pastel, familias de dos menores de edad con insuficiencia renal terminal y cáncer, respectivamente, celebraron el inicio de un nuevo año con la esperanza de que en este 2022 tengan la oportunidad de enfrentar la vida con salud y un mejor panorama.
Frente al Hospital Infantil Federico Gómez en la Ciudad de México se encuentra el albergue Por un Hogar, que se dedica a dar refugio a las familias que vienen de otros estados, en espera de tratamientos para sus hijos que suelen durar meses.
Grecia Nahomi de nueve años se encuentra en proceso de hemodiálisis debido a que padece insuficiencia renal terminal, pero espera que su madre le done un riñón para que pueda tener una mejor calidad de vida.
"Mi deseo (…) es que salgan bien los estudios para que Dios me dé la oportunidad de donarle un riñón y que salgamos de esta situación porque quiero que esté bien, que ya pueda regresar a lo que hacen los niños y disfrute su niñez como los demás. Yo quiero verla bien, aunque sea con medicamento de control, pero con un riñón llevará su vida mejor, sin tantas restricciones", narró la madre Elizabeth Pérez Carrillo de 31 años.
Originarias de Veracruz, dejaron a su familia para buscar una mejor oportunidad en la capital, ya que, en su estado no hay material para hacer el tratamiento, además de que las infecciones por peritonitis no han dejado sanar a la menor en las últimas semanas.
A pesar de que a Grecia le gusta la pechuga empanizada y el espagueti, cuenta con una dieta estricta ya que no puede tomar más allá de 300 mililitros al día entre bebidas y comidas, para no forzar su riñón.
"Fue difícil este año porque ella no puede tomar tanta agua, porque retiene líquidos, sólo puede tomar 300 mililitros diarios ya con las comidas, es feo porque todo se le antoja y no puedo comprarlo, aparte estamos lejos de casa y no nos pudimos desvelar porque este sábado le toca la hemodiálisis", dijo la mamá de Grecia.
Kevin Alexander de 11 años y de Chiapas, llegó el 19 de diciembre a la capital del país y piensa regresar a su estado después del 7 de enero, ya que tiene sesiones diarias de radioterapia, debido a que fortalecieron su tratamiento porque en su entidad no hay este tipo de procedimiento.
La madre, Angélica Cruz Vázquez, mencionó que este fin de año fue triste, porque es la primera vez que están lejos de su familia, sin una cena ni regalos. "Es difícil pasar las fechas alejada de la familia y sólo con mi hijo en otro estado que no conocemos, pero es el sacrificio que tenemos que hacer para que pueda estar sano", comentó.
A dos años del diagnóstico por cáncer, no terminan por acostumbrarse, porque si bien estas fechas son para celebrar en familia, el agotamiento y fatiga del tratamiento, les ocupa todo el día en cuidados y atención.
A Kevin le gusta la pizza y este 1 de enero saldrá por la tarde con su madre a un parque cercano, para estar juntos y despejarse tras una semana de tratamientos. "Trataremos de comprarle algo que le guste. A él le gusta mucho la pizza y es su favorita, pero no puede comer chile o cosas calientes, porque también quiere unas papas con salsa, pero no puede. Vamos a ver qué hacemos”, añadió la mamá de Kevin.
La dos únicas familias que se encuentran en el albergue, pasaron las fiestas juntas, dándose apoyo mutuo para sobrellevar la enfermedad de los menores, y aunque sólo una videollamada las acercó a sus seres queridos, con tenerse, madres e hijos, es una gran alegría.
KEFS