En un hecho sin precedentes en la Ciudad de México, un hombre fue enviado a la cárcel al ser acusado de prenderle fuego a una perrita de la raza pitbull que sufrió quemaduras en más del 80 por ciento de su cuerpo, de cuya agresión aún sigue en recuperación.
En la audiencia celebrada ayer, la Juez de Control María Luisa Morales calificó como un acto de crueldad y tortura el que Fidel “N” rociara con solvente a "Lala" y después la incendiara con un cerillo.
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Sin embargo, dio la opción a la denunciante Norma Huerta, presidenta de la asociación protectora de animales Mundo Patitas, de que el imputado reparara el daño, es decir, que liquidara la cuenta hospitalaria que fue pagada por la activista, quien se negó a aceptar.
La juzgadora determinó que el implicado, quien trabaja como diablero en la Central de Abasto representa un peligro para la sociedad, por lo que le impuso la prisión preventiva justificada.
Además, señaló que en los próximos días fijaría una fecha para llevar a cabo otra audiencia, en la que se definirá su situación jurídica.
Minutos antes de que terminara la audiencia, la juez recordó que el imputado podría recibir una sentencia de seis meses hasta dos años de prisión por el delito de maltrato o crueldad animal, así como una multa desde 50 hasta 150 días de salario mínimo.
A su salida, Norma Huerta externó su alegría por el fallo de la juez, el cual, afirmó, “es un hecho sin precedentes e histórico”.
En entrevista con La Razón afirmó: “nunca se había emitido un resultado así en casos de maltrato animal, por eso estamos muy contentos, para que queden antecedentes de que el maltrato animal empezará a ser castigado con cárcel en la capital del país”.
La activista recordó que el imputado siguió el proceso en libertad hasta la audiencia, por dos factores: el primero es que el día de los hechos al ser detenido en Iztapalapa, se violaron sus derechos humanos, pues estuvo a bordo de la patrulla más de una hora.
Y, segundo, cuando ella logró iniciar la denuncia ante la Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y Protección Urbana, el imputado y la dueña de "Lala" ya habían llegado a un arreglo monetario.