La demolición de viviendas afectadas por el desprendimiento de rocas de gran tamaño en el cerro del Chiquihuite, en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México, aún no ha comenzado, señalaron autoridades de los gobiernos municipal y estatal.
Fuentes de la Coordinación General de Protección Civil y Gestión Integral del Riesgo del Estado de México explicaron a La Razón que hasta el momento se realizan trabajos de adecuación y se han colocado seis mil 332 toneladas de material, principalmente tezontle, así como arena en la zona del desgajamiento.
La dependencia destacó que el viernes pasado se llevó a cabo la demolición, pero de manera parcial, de dos casas: a una le derrumbaron el baño y a otra, un cuarto.
Por su parte, el municipio de Tlalnepantla precisó que camiones torton transportan al lugar el material para preparar el espacio donde se llevarán a cabo las demoliciones; en tanto que tres máquinas pesadas efectúan los trabajos de adecuación.
También destacó que se realizan estudios técnicos para ver cuáles de las 160 casas desalojadas deberán ser demolidas.
El objetivo es que la maquinaria llegue a la ladera para estabilizar desde arriba, es decir, se irán demoliendo totalidades o parcialidades de aquellas viviendas que impidan el avance de la maquinaria, que son aquellas con mayor riesgo, señaló Protección Civil estatal.
El 10 de septiembre se desgajó una parte del cerro en la ladera oriente, lo que provocó la muerte a cuatro personas y destruyó algunas viviendas.
Hasta el momento, el Gobierno municipal ha entregado apoyos económicos a 275 familias, que representan el 96 por ciento de las 286 que recibirán cinco mil pesos mensuales para que puedan pagar una renta durante tres meses.
Las personas que ya recibieron los apoyos son aquellas que desalojaron su vivienda, en tanto el Gobierno federal realiza los estudios correspondientes para su reubicación.