No importaron las vallas metálicas, el cierre de accesos al Metro, operativos de la policía capitalina y un aparente control en la entrada de la iglesia de San Hipólito, más de 12 mil feligreses abarrotaron la zona, sin sana distancia y, en algunos casos, sin cubrebocas, sólo la protección espiritual que, según su fe, les daban las imágenes de Judas Tadeo, en el día del santo de las causas perdidas, que congrega a miles cada año en este punto de la CDMX.
La experiencia que ayer se vivió con esta popular celebración fue observada por autoridades eclesiásticas de la Basílica de Guadalupe, templos aledaños y mandos civiles con el fin de prever lo que podría ocurrir en los festejos a la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre, donde hay riesgo de que el escenario se repita.
A pesar de que la Iglesia anunció el cierre del templo, para evitar aglomeraciones, a miles, al final, se les dejó pasar.
“Se están tomando todas las medidas. Esto nos va a permitir garantizar lo que el Gobierno solicitó al clero en relación a una festividad tan importante, como la del 12 de diciembre”, dijo el secretario de Gobierno de la CDMX, Alfonso Suárez del Real.
Por la noche, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, advirtió que el de la Virgen de Guadalupe es un evento de altísimo riesgo de contagio. “Puede convertirse en una experiencia explosiva de propagación a todo el país que podría revertir el éxito” de contención en entidades que están en una fase de descenso.
Es un evento de altísimo riesgo de contagio (el 12 de diciembre). Puede convertirse en una experiencia explosiva de propagación a todo el país que podría revertir el éxito en 20 entidades que ya se encuentran en fase de descensoHugo López-Gatell, Subsecretario de Salud federal
PANDEMIA ECONÓMICA PEGA AL COMERCIO GUADALUPANO
En el corredor que lleva al atrio de la Basílica de Guadalupe hay un ir y venir de personas que se quedan paradas frente a las vírgenes en venta a la entrada de las plazas, parece que hay compradores potenciales; sin embargo, adentro es diferente. En los pasillos comerciales hay lugares vacíos, desolados, la gente pasea y no compra.
A consecuencia de la pandemia, las pérdidas para los vendedores —de artículos religiosos la mayoría— son superiores al 90 por ciento de las que tenían antes de la emergencia sanitaria, 75 por ciento de negocios cerró, muchos tenían que pagar rentas de 75 mil pesos al mes.
Las plazas de la Basílica son las que más resisten, aunque también hay muchos locales cerrados. En Plaza Barrio Mágico adaptaron todas las medidas sanitarias: un garrafón con agua potable está listo con jabón líquido para clientes, después, un comerciante ofrece gel antibacterial y hay dos tapetes sanitizantes antes de ver las piezas pintadas, fabricadas por artesanos de otros estados, quienes también han mermado sus ingresos.
En la Plaza la Guadalupana, los puestos de comida esperan comensales, tienen lista el agua de horchata y un termómetro para certificar que los visitantes tengan menos de 37 de temperatura.
Y contigua está la Plaza de la Morenita, donde es más obvio el escenario de crisis, pues hay más de 60 locales cubiertos por lonas porque sus propietarios decidieron cerrar o abrir sólo en fines de semana.
Sergio Varillas, de la asociación Acozam, expuso que cerca de 10 mil familias dependen de las ventas de noviembre, diciembre y enero. Está preocupado por la posibilidad de que en la pandemia vuelvan a solicitar cierres, lo que les dejaría en la indefensión económica. “Hay una cadena de muchos trabajadores, tiendas de abarrotes, transporte, artesanías; todos estamos comprometidos a cuidar a los visitantes, es cuestión de supervivencia económica”.
Representantes de comerciantes de La Villa señalaron a La Razón que, si bien no obtendrán las ganancias de otros años, esperan recuperar sus ventas al menos 30 por ciento a lo largo de noviembre.
A decir de los vendedores, las autoridades eclesiásticas sí permitirán la entrada de feligreses de manera escalonada durante noviembre, lo que para ellos es un “rayo de esperanza”, aseguró Pedro Rivera, de la Agrupación de Comerciantes Emiliano Zapata.
Las autoridades locales informaron que están suspendidas todas las procesiones diocesanas, así, no habrá peregrinaciones hacia la Basílica de Guadalupe; sin embargo, los comerciantes saben que sí habrá otras que desafíen la regla, como ocurrió con el día de San Judas Tadeo.
Martha Zaldívar, de la Asociación Consejo de Asesoría Social y Autogestión (CASA) lanzó un llamado a las autoridades de la CDMX y de la alcaldía Gustavo A. Madero, para que les permitan abrir, ya que extremarán medidas de sanitización en los negocios. Además, solicitaron que se les dote de equipo que los deje continuar sin descuidar la salud.