Ayer se canceló la sesión solemne que estaba programada en el Congreso de la Ciudad de México en conmemoración de los sismos de 1985 y 2017 debido a que un grupo de damnificados impidió el acceso al recinto.
Desde las 7:30 horas comenzaron a llegar afectados de distintas alcaldías, como Tlalpan, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero y Benito Juárez, quienes exigían a las autoridades responder por el daño que sufrieron en su patrimonio por el sismo de hace seis años.
El cruce de Donceles y Allende fue bloqueado por los inconformes, quienes con enormes lonas permanecieron en el lugar, en donde a la hora del simulacro pusieron el puño en alto en señal de lucha y resistencia.
Miguel Ángel González, su esposa y sus seis hijos acudieron al sitio para pedir a las autoridades que les entreguen las escrituras de su vivienda y que se arreglen los temas jurídicos pendientes.
La familia González fue una de las miles que perdieron su hogar dentro de la unidad habitacional Margarita 72, durante el sismo del 19 de septiembre del 2017.
El dictamen de Protección Civil arrojó que el lugar no era habitable, por lo que Miguel Ángel y su familia tuvieron que vivir en un albergue durante dos años.
Y pese a que ya se entregó el edificio reconstruido hace cuatro años, la familia de Miguel Ángel y el resto de las que habitan en el inmueble no han recibido las escrituras, lo que las tiene en la incertidumbre.
Más tarde, el Jefe de Gobierno, Martí Batres, precisó que durante el simulacro de ayer participaron 8.6 millones de personas en la Ciudad de México, de los cuales 1.5 millones fueron estudiantes.
El mandatario mencionó que de 13 mil 934 altavoces, sólo 118 no funcionaron, “lo que representa 99.2 por ciento de efectividad para este ejercicio”.
