El director del Metro, Guillermo Calderón Aguilera, afirmó que en la estación Pantitlán de la Línea 9 no funcionan las escaleras eléctricas por un problema de asentamientos diferenciales en el edificio, el cual no estaba contemplado en la renivelación de la ruta que se entregó el pasado 19 de septiembre.
El funcionario confirmó a La Razón que el arreglo de las escaleras eléctricas no entró en los planes de la rehabilitación que se llevó a cabo desde diciembre pasado en esta ruta, pues para eso hay un programa de conservación de escaleras y sustitución de los peldaños con motor eléctrico.
“En Pantitlán hay un problema de asentamientos diferenciales del edificio, entonces por eso es muy difícil sustituir la escalera, porque está todo el edificio con hundimientos diferenciales, pero estamos trabajando en una solución que permita reactivar las escaleras”, contestó a pregunta de este diario sobre el tema el pasado 30 de septiembre.
Calderón Aguilera destacó que actualmente la red del Metro cuenta con 465 escaleras eléctricas, con una disponibilidad diaria de 95 por ciento.
De acuerdo con el artículo 3 de la Ley de Accesibilidad para la Ciudad de México, deberá haber medidas pertinentes para asegurar el acceso a las personas con discapacidad y con movilidad limitada, en igualdad de condiciones con las demás del entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones.
En un recorrido, este diario observó cómo Irene Flores, de 78 años de edad, tuvo que subir lentamente las escaleras, lo que provoca también tráfico al subir.
La mujer, quien dijo que a diario usa la estación Pantitlán de la Línea para acudir a sus citas médicas, lamentó que, a la fecha, las escaleras eléctricas no sirvan, pues se le dificulta subirlas a causa de los dolores en sus huesos.
“Yo no puedo caminar y tengo que usarlas, porque no hay ni elevador. Urgen, porque esas escaleras están bien grandes, bien altas. Deben poner esas escaleras. Tengo artritis, ya todo me duele, me duelen mis rodillas, mi cadera.
El servicio debe actualizarse y responder a las necesidades del número de la población discapacitada que actualmente se desplaza a través de esos serviciosLaura Bermejo Molina, Presidenta de Libre Acceso, A.C.
“Tengo que hacerlo (subir las escaleras), porque necesito ir a la ceguera, porque ya no veo bien; por la artritis y voy a ver si me dan consulta o me ponen para ir otro día”, dijo.
Francisco y Carmen, de 65 y 66 años, respectivamente, son otros usuarios que utilizan constantemente esta ruta del Metro y criticaron que, si bien las escaleras eléctricas no servían desde antes de la rehabilitación de Pantitlán, éstas sigan sin operar.
Ambos coincidieron que, por su edad avanzada, se cansan más al subir al andén, pues las escaleras son muy altas. También urgieron a las autoridades a atender a la brevedad la problemática.
“Deberían preocuparse por arreglar las escaleras, es fundamental. Son demasiado altas. Las autoridades del Metro parece que no hacen nada por eso, porque ya tiene años que esas escaleras están sin servicio, desde antes de la remodelación, incluso taparon maderas y no dejaban pasar a la gente.
“De verdad es injusto que si hay tanto ingreso en este sistema de transporte no hagan nada al respecto. Ya deberían quitar a los dirigentes del Metro, son inservibles”, comentó Francisco.
El usuario además mencionó que los pasajeros ya no deberían tirar basura, pues eso tiene distintas afectaciones, por lo cual los culminó a guardarla y desecharla en botes de basura.
Ya tiene años que esas escaleras están sin servicio, desde antes de la remodelación, incluso taparon maderas y no dejaban pasar a la gente (...) es injusto que si hay tanto ingreso en este sistema de transporte no hagan nada al respectoFrancisco, Usuario de Pantitlán
De acuerdo con el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México, en la capital hay alrededor de 417 mil 460 personas con discapacidad, de las cuales sobresalen las mujeres al haber 59.4 por ciento en comparación del 40.6 de los hombres.
La población menor a 15 años con alguna discapacidad es de 5.6 por ciento; de entre 15 y 29 años, de 6.3 por ciento; de 30 a 59 años, de 30.8 por ciento, y de 60 y más, de 57.3 por ciento.
La presidenta de la organización Libre Acceso, A.C, Laura Bermejo Molina, consideró que el servicio de transporte público tiene deficiencias en cuanto a diseño, planeación, obra y mantenimiento, ya que las autoridades no pueden excusarse en que no conocen la accesibilidad, normativa, la infraestructura y los servicios.
“A pesar de que el Metro tiene muchas décadas en nuestro país, ésa no es justificación para que no vaya mejorando en cuanto a su servicio porque de cuando se inauguró a hoy en día, las características son distintas; sin embargo, el servicio debe actualizarse y responder a las necesidades del número de la población discapacitada que actualmente se desplaza a través de esos servicios”, dijo.
Laura Bermejo comentó que en la nueva remodelación de la Línea 9 no se contempló la reparación de las escaleras eléctricas y en la reapertura del primer tramo de la Línea 1 no se verificó la calidad de la señalética braille, ni que la información fuera la óptima.
La activista añadió que, aunque hay redes de pavimento portátil en las que se pueden guiar las personas ciegas con sus bastones, muchas veces están obstruidas por comercio o desactualizadas y dirigen a los discapacitados hacia puertas o paredes.
“Aunque hay obra diseñada, hay infraestructura en materia de accesibilidad, en la práctica se encuentran barreras.
A lo mejor en algún momento se hizo una inversión en guías, elevadores, señalética, pero con el paso del tiempo se alteran y ya no funcionan, está la estructura, pero no la operación”, comentó Laura Bermejo.