Para una eventual separación del cargo, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México tiene la opción de solicitar al Congreso una licencia de hasta 60 días, con la posibilidad de retomar sus funciones cumplido ese plazo, o bien pedir licencia definitiva.
El artículo 32 de la Constitución de la Ciudad de México no contempla la renuncia, únicamente la licencia. Pero si ésta rebasa 60 días se convertiría en “ausencia absoluta” y el Congreso capitalino tendría que nombrar a un Jefe de Gobierno sustituto.
Una vez que sea aprobada la licencia, el secretario de Gobierno asumiría la titularidad del Ejecutivo local y se mantendría ahí hasta que el Congreso nombre al Jefe de Gobierno sustituto.
En este caso, la Comisión Permanente tendría que convocar de inmediato a un periodo extraordinario de sesiones para nombrar a quien deberá concluir el mandato.
La Constitución establece que para aprobar la licencia se requiere de mayoría simple, por lo que no se prevé que la Jefa de Gobierno enfrente problemas, ya que con Morena y sus aliados de PVEM y PT logra ese requisito.
Sin embargo, el nombramiento del Jefe de Gobierno sustituto requiere de mayoría calificada de las dos terceras partes de quienes asistan a la sesión correspondiente, lo que obligará a Morena a negociar con la oposición este trámite.
Al respecto, el diputado local del PAN, Saúl Téllez, afirmó que su partido no le pondrá trabas a que se apruebe la licencia de Sheinbaum, porque “nadie está obligado a estar donde no quiere estar”.
Coincidió con él su compañera de partido, Gabriela Salido, al decir: “Claro que la aprobaría; la decisión de dejar el cargo es la correcta, ante el evidente uso de recursos públicos para la campaña, así que, por supuesto, contaría con mi voto”.
En el Congreso local, Morena tiene 29 diputados, el PT dos y el PVEM dos, lo que da un total de 33. De esta manera, a los partidos de la 4T les faltan 11 votos para juntar las dos terceras partes que se requieren para designar al Jefe de Gobierno sustituto en caso de que se requiera.