Al final no fueron cinco meses. La razón por la que el Metro pudo resurgir de las cenizas tras el incendio que acabó con su centro de operaciones responde a que las autoridades capitalinas ya contaban con un avance importante en el proceso para renovar un sistema que ya tenía más de medio siglo de antigüedad.
Así lo explicó a La Razón Édgar Salazar. El encargado de la Gerencia de Ingeniería y Nuevos Proyectos del STC aseguró que antes de que ocurriera el incendio del pasado 9 de enero ya se trabajaba en un prototipo digital que permitiera monitorear la operación del Metro en tiempo real con todo detalle.
Aunque Salazar reconoce que el incidente que dejó en la zozobra la operación de la mitad del servicio, en particular de las tres primeras líneas —las más antiguas y de mayor demanda—, el incendio “aceleró la implementación de un sistema dotado de modernidad, frente a un equipo que ocupaba un modelo análogo”.
Para marzo pasado, comentó el jefe de ingeniería del Metro, ya existía el proyecto que ayudó a salvar las líneas 1 y 3 y, ya próximanente a la Línea 2. Se trata del programa de telemetría con circuito cerrado, que ya opera en la ruta Indios Verdes-Universidad y que continúa perfeccionándose hacia el futuro.
Acortamos tiempos y fortalecimos el grupo de especialistas, para que lo convirtiéramos esto en un proyecto a corto plazoÉdgar Salazar, Gerencia de Ingeniería y Nuevos Proyectos del STC
“Si bien es un proyecto que se realiza desde 2019, fue necesario acelerar procesos, mismos que también requirieron el fortalecimiento de personal especializado en distintas áreas operativas del Metro”, refirió Salazar a este medio.
El funcionario, quien además es una de las mentes que trabaja en la modernización del STC, recordó que el 9 de enero las autoridades capitalinas solicitaron una solución rápida ante la emergencia que dejó en cenizas parte del Puesto Central de Control —conocido como cerebro del Metro—; pero, en la práctica, la urgencia no significó trabajar a ciegas.
“Lo único que tuvimos que hacer fue acortar los tiempos y robustecer el grupo de trabajo con especialistas, para que, un proceso que teníamos alargado, lo convirtiéramos en un proyecto a corto plazo, en el que trabajáramos diferentes soluciones en paralelo”, detalló.
El nuevo cerebro ya llevaba un camino de perfeccionamiento durante todo 2020, en el marco del plan maestro establecido por la actual administración.
Salazar, quien lleva dos años al frente de este cambio, expuso que comparado con lo que había en 2018, ahora, por primera vez, se puede ver con eficiencia la supervisión, control y gestión del Metro.
“Decidimos empezar a desarrollar, desde 2019, un prototipo para la telemetría, donde hacemos una medición remota de señales para transmitir.“
“Así, logramos concretar un esquema funcional que hemos perfeccionado con las lecciones aprendidas, de la mano de operadores, personal de comunicaciones y servicios y el área de transportación, para llegar a un producto mucho más aterrizado y funcional”, destacó.
TECNOLOGÍA SIN PRECEDENTES
De acuerdo con el encargado de los nuevos proyectos del Metro, por primera vez en 52 años hay una visualización total de cada una de las unidades, lo que supone el principal reto del sistema, ya que al contar con trenes de varios modelos, años y tecnologías, hubo que realizar una calibración en cada uno, para que pudieran funcionar con este nuevo cerebro.
De esta manera, explicó, también por primera vez, existe una sinergia entre las áreas electrónica, informática y de comunicaciones en los trenes.
Actualmente, la telemetría capta 24 señales, entre ellas apertura y cierre de puertas, kilometraje y hasta la manera en que se conduce.
La información obtenida de estas señales ayudará a predecir probables fallas, por ejemplo, en los motores, neumáticos o el alumbrado interno.
- El dato: El cerebro del Metro, que controlaba las lsíneas 1, 2 y 3, era la infraestructura más antigua del Sistema de Transporte Colectivo, ya que alimentaba justo a las troncales fundadoras.