Desde que fue plantado, el pasado 5 de junio, el ahuehuete de Reforma ha estado expuesto a la polémica ante las dificultades que ha enfrentado para adaptarse.
Aunque las autoridades capitalinas han señalado la compactación del suelo a causa de la gente que se ha subido a los alrededores del árbol, como una de las causas que han impactado “negativamente” para dificultar su adaptación, así como el impacto de un vehículo ocurrido días después de su plantación, aún están pendientes los resultados para saber si algun hongo o bacteria podrían formar parte de su estado de salud.
Se prevé que en un lapso de diez días las autoridades obtengan los resultados de las muestras de raíces que se hicieron el fin de semana pasado para realizar pruebas de patología vegetal en laboratorio, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).
“Con la intención de conocer el retraso en la brotación de nuevas hojas verdes, se llevó a cabo una excavación del lado en que se sospecha el árbol resultó más afectado en su cepellón”, detalló esta dependencia, esto luego del incidente del pasado 7 de junio, cuando un automovilista se subió a la glorieta y se impactó con uno de los tensores que dan soporte al ahuehuete.
Después de que el árbol fue trasladado de un vivero de Nuevo León, y ante el temor de que no alcanzara a adaptarse, las autoridades advirtieron que el ahuehuete podría perder hasta el 30 por ciento de sus hojas durante su proceso de adaptación. Sin embargo, apenas un mes después de su plantación, el ejemplar ya había perdido al menos un 60 por ciento de sus hojas y no tenía nuevos brotes, de acuerdo con expertos consultados por este medio.
Posteriormente, el 7 de julio, la Sedema confirmó este dato, e indicó que el árbol se encontraba en un “estado dormante” y que había perdido entre 60 y 70 por ciento de sus hojas “debido a un proceso de estrés fisiológico que lo obligó a quitar sus propias hojas para evitar la pérdida de agua y nutrientes en su tronco”.