En el centro de la Ciudad de México se vivió una fiesta llena de música, colores y cultura, por la megacalenda con la que se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Centenares de integrantes de comunidades y pueblos originarios arribaron desde el mediodía de ayer al Ángel de la Independencia para marchar sobre Paseo de la Reforma hasta la Plaza de la Constitución.
Entre el sonido de los cascabeles que algunos participantes portaban en los tobillos, instrumentos de origen prehispánico y caracoles, el contingente avanzó por Reforma hacia avenida Juárez, luego el Eje Central Lázaro Cárdenas y de ahí a 5 de Mayo, para terminar en la plancha del Zócalo.
Durante el recorrido hubo expresiones de inconformidad ante la amenaza que enfrentan las lenguas indígenas del país y exigencias de que se visibilice la presencia indígena mediante la danza, la gastronomía, el arte, la música, las tradiciones y la poesía.
En la calle Venustiano Carranza, un grupo de mujeres realizó una cadena humana para caminar con los brazos entrelazados, representando cada una a su comunidad de origen, al ritmo de trompetas y tambores.
Como país invitado a la Feria de las Culturas Indígenas, participaron comunidades de Colombia, quienes intercambiaron expresiones dancísticas a través de los grupos Diablos de Guerrero en Colombia y La Perla Dorada, cuyos integrantes vestían sus trajes típicos.
Desde lejos se podía observar a grupos que llevaban animaciones gigantes para representar a diversos grupos étnicos del país, mientras danzantes daban vueltas de un lado a otro alzando palos con listones de colores que adornaron la tarde en la capital.
Más adelante, a la altura de El Caballito, marcharon mujeres integrantes provenientes de comunidades de Uruapan, Michoacán, quienes portaban un rebozo rayado, collares de colores y vestidos blancos tradicionales, al mismo tiempo que cargaban una olla de barro, como acostumbran en una de sus danzas tradicionales.
Algunos de los participantes tomaron ruta por la calle 5 de Febrero, donde no pasaron desapercibidos, pues portaban penachos con grandes y coloridas plumas, así como máscaras hechas artesanalmente por la comunidad de Huehues Mazame, del estado de Puebla.
Entre la enorme y colorida columna que se dirigía al Zócalo se pudo observar a integrantes del “Pueblo Náhuatl del Estado de Hidalgo”, como rezaban las lonas, al “Movimiento de Unificación y Lucha Triqui” y al “Movimiento de Organizaciones Indígenas del País”, entre otros conglomerados.
Hubo también un contingente auspiciado por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, un organismo que depende del Gobierno federal, en esta megacalenda que, a decir de sus organizadores, se ha realizado durante 29 años.
Pero no todo fue fiesta. El sistema de transporte Metrobús reportó afectaciones en el servicio en las líneas 1, 4 y 7, por lo que se tuvieron que hacer varios ajustes y cortes a la circulación.
En el caso de la Línea 4, el Metrobús se quedó sin servicio de la estación Plaza de la República a Vocacional 5.
Adicionalmente, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana tuvieron que realizar cortes a la circulación en las inmediaciones del primer cuadro, lo que provocó caos vehicular que se extendió por algunos momentos hasta la zona de La Merced.