En entrevista con La Razón

Tinta de Kadma alivia a pacientes oncológicas

Ha tatuado a cerca de 15 pacientes oncológicas de manera gratuita de acuerdo con lo que éstas le han pedido dibujar en sus pieles

Alina, tatuadora conocida como Kadma, en entrevista con La Razón en su estudio.
Alina, tatuadora conocida como Kadma, en entrevista con La Razón en su estudio.Foto: Omar Avalos, La Razón
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En el último año y medio, Kadma, como conocen a Alina, ha tatuado a cerca de 15 pacientes oncológicas de manera gratuita de acuerdo con lo que éstas le han pedido dibujar en sus pieles.

En entrevista con La Razón, la artista, quien se describió como una persona empática, explicó que todo el proceso que conlleva el tratamiento para el cáncer de mama es desgastante y costoso, por lo que muchas veces las pacientes se ven obligadas a recortar sus gastos o en otros casos, no cuentan con los recursos.

Si bien las ideas de tatuajes varían, Alina dijo que la mayoría busca el tatuaje de pezón y aureola.

“Es muy distinta la experiencia de cada paciente, pero el común denominador es como un alivio, la autopercepción también es muy diferente, la mayoría pide una reconstrucción, algunas prefieren una decoración, un tatuaje artístico o decorativo.

Alina compartió que anteriormente trabajó en un estudio donde donaban tatuajes de cejas a pacientes con cáncer, fue ahí donde se empapó de información, sesiones y donde conoció personas que pudieran dirigir a las pacientes con ella, tal fue la asociación Cáncer de mama México.

La joven dijo que para ella es gratificante donar tatuajes a pacientes oncológicas, pero reiteró que lo hizo hasta que se sentía suficientemente preparada para superar las expectativas de las mujeres.

Kadma reiteró que las mujeres a quienes ha tatuado terminan contentas con el arte que ahora llevan en sus pechos luego de padecer cáncer de mama.

“Creo que ellas ya pasaron por muchas cosas para que no estén a gusto con este tipo de trabajos, me da mucha satisfacción, platico mucho con quienes quieren platicar y a veces como que se me apachurra el corazón de las historias que me cuentan, pero al final ayudarles”, indicó Kadma.

Externó que la primera paciente oncológica que tatuó fue una de sus conocidas y ambas estaban nerviosas, por lo que agradeció la confianza, ya que fue el ejemplo que pudo poner para sus futuras pacientes a tatuar.