Movilidad en la CDMX

Proliferan vochotaxis; “mal necesario” en Cuautepec

Son el único medio que sube las pronunciadas pendientes; Juan, un conductor, admite que la mayoría es pirata; no hay control ni de vehículos ni de choferes; CDMX va por regulación

El vocho de Juan ya luce las enormes calcomanías con su número de registro en cinco  lugares visibles.
El vocho de Juan ya luce las enormes calcomanías con su número de registro en cinco lugares visibles.Foto: Eduardo Cabrera, La Razón
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En el barrio de Cuautepec, donde la mayoría de las calles va cuesta arriba desde las faldas de la Sierra de Guadalupe, el único medio de transporte viable son los vochotaxis.

Juan Jiménez Mendoza trabaja seis días a la semana en su vochito color azul cielo por las calles más empinadas de este barrio ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero, con gran habilidad.

Para este conductor, la regulación que anunció el mes pasado el Gobierno de la Ciudad de México “no significa un problema”; tiene la certeza de que este medio de transporte continuará, porque es el único “capaz de aguantar” las complicadas subidas y bajadas, además de ofrecer un costo accesible a los usuarios.

Con casi dos décadas de dedicarse al “biznes de los vochos”, Juan está consciente de que en este barrio la mayoría de los vehículos son pirata, pues no pagan ningún tipo de impuesto o contraprestación, además de que no todos invierten en su mantenimiento.

Menciona que hay dos tipos: los que salen (a otras partes de la ciudad) y los que no salen de Cuautepec.

Mientras avanza por la calle Central con una mano en el volante para luego descender por vialidades bastante empinadas, este conductor cuenta a La Razón que los vochos descansan un día a la semana con el propósito de que los propietarios den mantenimiento a sus vehículos.

“Con este llevo más o menos tres años, pero a eso me dedico, compro, arreglo y vendo los vochos que uso”, dijo.

La dificultad para maniobrar un vehículo en estas condiciones puede ser riesgosa para algunos conductores, reconoció el taxista, quien afirmó que “hay hasta viejitos que los manejan, uno los ve manejando como si nada, pero sí tiene su riesgo, hay que ser cuidadoso, aunque uno ya se la sepa”.

Estos pequeños “escarabajos” fueron el vehículo icónico de la Ciudad de México por más de 30 años, desde la década de los 60 del siglo pasado hasta 1997, cuando comenzaron a desaparecer de las calles más concurridas de la capital. Pero Cuautepec fue la excepción.

Para algunos habitantes del barrio, los vochotaxis son “un mal necesario”, pues se trata de autos particulares que ofrecen servicio de transporte sin tener ningún control, ni de los vehículos ni de los choferes.

Los vecinos comentan que este sistema de transporte, a pesar de ser irregular es necesario, porque ningún otro automóvil sube con tanta facilidad y sin quedarse parado en medio de una calle. Los carros más nuevos no suben, coinciden.

“Ha habido muchos delitos, como secuestros o robos, por eso los quieren regularizar”, cuenta María Luisa, una vecina del barrio, mientras señala los vehículos de este tipo que transitan por doquier.

María Luisa considera que a pesar del riesgo los vochotaxis son necesarios y será bueno que los regularicen, para brindar más seguridad tanto a quienes los usan como a los propios taxistas, pues, dijo, hay casos en los que policías los paran y los intentan extorsionar.

“No creo que haya resistencia de su parte y de nosotros tampoco”, comentó otro ciudadano consultado, para quien “la seguridad debe de ser lo primero y lo más importante”.

Coincidió en que el servicio es necesario, aunque lamentó que hay taxistas —sobre todo los que no trabajan en bases— que suelen ser irresponsables.

Registro en tres pasos

En los alrededores de la base 54 de vochotaxis, en donde abundan los negocios y la venta de antojitos en plena calle, se observa a una decena de estos automóviles detenidos a la espera de pasaje, con la puerta abierta. Casi todos ya están registrados.

Identificar a los vehículos con registro es sencillo: basta con observar las cinco calcomanías con su número, que deben llevar pegadas en las partes frontal y trasera del vehículo, en las dos puertas y en el toldo.

Esta misma tendencia se observa en las calles y avenidas, donde decenas de autos Volkswagen sedán pintados de distintos colores, algunos con motivos especiales y decoraciones, otros medio destartalados, ya cumplen con el registro que arrancó a finales de septiembre y cierra a mediados del próximo mes.

El proceso consta de tres pasos y es “bastante sencillo”, explicaron taxistas a este medio. El primero consiste en la verificación de documentos oficiales, tanto del vehículo como del propietario; luego viene la captura y registro de las unidades y finalmente la colocación del número de identificación por medio de las calcomanías. Este trámite tiene lugar cinco días a la semana en el Deportivo Carmen Serdán.

Pero la regulación aún está lejana. Hasta ahora, estos vehículos funcionan cada uno con sus propias tarifas, la mayoría de ellos con un cobro mínimo de 25 pesos. Se desconoce si en algún momento tendrán que usar taxímetro.

Las autoridades tienen contemplado registrar a unos dos mil vehículos que operan en colonias de difícil acceso, como Malacates, Tlapexco, Castillo Chico, Vista Hermosa, Castillo Grande y otras.