Con sus desempolvados trajes, hombres y mujeres oficinistas atestaron este lunes el Metrobús para llegar a tiempo a sus centros de trabajo.
Para Omar Díaz no era un día común, pues luego de 13 meses de encierro, en los que desempeñó su trabajo en la modalidad de home office, regresó a la sede de la empresa para la que trabaja, ubicada sobre Insurgentes Sur.
Confesó que volvió entre tumultos, zozobra, incertidumbre y miedo a contagiarse de Covid-19, a la rutina que había mantenido hasta antes de la pandemia, porque en la Línea 1 del Metrobús, en horas pico, es imposible no ir codo a codo con la persona de junto.
“Pues es miedo no a contagiarme yo, sino por mis papás, que, aunque ya tienen la primera dosis, no los quiero arriesgar”, señaló a La Razón.
A su parecer, las oficinas siguen un buen protocolo de higiene y limpieza, los lugares están separados y son pocas personas en ellas, “pero aun así siento como raro”.
Se dijo agradecido con su empresa por permitirle trabajar desde casa y aceptó que “poco a poco debemos volver a esta nueva normalidad”.
Laura, quien trabaja en una oficina de la colonia Verónica Anzures, coincidió en que todos los protocolos son adecuados en su lugar de trabajo, al que también retornó después de un año; no obstante, consideró que hay cosas que los empleados podrían seguir haciendo desde casa.
“Hay tapete sanitizante, pero en la entrada tienes que registrarte en una libreta; no sé si eso esté indicado en los protocolos de regreso, pero creo que era más seguro entrar con la huella digital a tener que tocar la pluma que todo mundo agarra”, expresó.
Guadalupe Navarrete es servidora pública y, aunque ella no dejó de trabajar, notó que este lunes hubo más personas en las oficinas donde labora, pertenecientes a una dependencia capitalina.
Contó que durante los primeros meses de la pandemia se extremaban medidas. Ahora que regresan los trabajadores, dijo, parece que todo está más relajado, cuando debería haber más cuidados.
“Pues ya hicieron regresar a muchos, incluso les están revisando las incapacidades para ver que no hayan mentido y, hasta donde sé, creo que los acomodarán en áreas donde se requiera apoyo, incluso en sábados y domingos”, relató.
Un caso similar es el de Jonathan, quien tampoco dejó de ir a sus oficinas por ser sector esencial. A diferencia de semanas anteriores, ayer vio mayor movilidad, pues duplicó el tiempo en recorridos que originalmente le tomaban 15 minutos en auto al Centro Histórico.
Ayer, en el marco de la reducción de hospitalizaciones por Covid-19 en la Ciudad de México, regresaron a laborar 11 mil 977 oficinas y corporativos privados, con una ocupación máxima de 20 por ciento.
Esto trajo consigo un incremento en la movilidad y se conjuntó con las condiciones atmosféricas adversas registradas desde temprano.
