“Una papeleta de voto es más
fuerte que una bala de fusil”.
Abraham Lincoln
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 35 establece que los ciudadanos tienen el derecho de votar en las elecciones populares y ser votado para todos los cargos de elección popular, con base en ello el próximo domingo tendremos los ciudadanos el derecho de votar y la obligación moral de salir a sufragar.
A partir de la reforma Constitucional del año 201, el derecho a votar es considerado un derecho humano, en virtud de que la Organización de las Naciones Unidas ha declarado el derecho a votar como un derecho humano, y a la cual México se adhirió.
Los antecedentes de la elección de los gobernantes en México data desde la época prehispánica, ya que hay estudios que indican que en la organización política del pueblo azteca se elegía al Tlatoani de una forma indirecta, la cual con la llegada de los españoles se perdió y durante la colonia los Virreyes eran nombrados directamente por el Rey de España.
Fue hasta la promulgación de Constitución de 1824, que en México se celebraron las primeras elecciones en el mes de agosto de dicho año, resultando triunfador Guadalupe Victoria, quien era el candidato del partido Liberal, con ello nació la tradición de votar directamente a los gobernantes.
Durante todo este periodo, hemos vivido situaciones paradigmáticas, como el hecho de que Antonio López de Santa Ana haya ocupado la Presidencia de la República en once ocasiones, mientras que Benito Juárez lo fue varias veces, que comprenden del 18 de diciembre de 1857 al 18 de julio de 1872; por su parte, Porfirio Díaz gobernó desde 1876 hasta 1911, con una breve interrupción, por lo que ha sido el Presidente con más años en el poder en México.
Después del largo periodo de gobierno de Porfirio Díaz, llegó Francisco I. Madero a la Presidencia de la República, mediante las primeras elecciones democráticas del siglo XX, pero no pudo cumplir con su periodo Presidencial, ya que fue asesinado en la Ciudad de México, el 22 de febrero de 1913.
Con la promulgación de la Constitución de 1917, el país tuvo un nuevo orden político, estableciéndose el periodo de gobierno de cuatro años y la no reelección, por lo que se celebraron elecciones en abril de ese mismo año, llegando al poder Venustiano Carranza, quien tampoco logró cumplir su periodo de gobierno, por haber sido asesinado el 21 de mayo de 1920.
A partir de la elección del general Lázaro Cárdenas, en el año de 1934, cambió el periodo presidencial de cuatro a seis años y desde entonces se han celebrado elecciones cada seis años de forma normal, con algunos claroscuros, pero que fueron superados de forma pacífica, también se ha perfeccionado el instituto que organiza las elecciones, pasando de ser parte de la Secretaría de Gobernación a ser un organismo independiente y ciudadano, llamado Instituto Federal Electoral, el cual fue creado en 1990, tras la polémica elección de Carlos Salinas de Gortari.
A partir de los acuerdos del llamado Pacto por México, los partidos políticos pactaron modificar el Instituto Federal Electoral para llamarlo Instituto Nacional Electoral y crear una autoridad electoral nacional, y también reordenar el periodo de elecciones de los estados, para que se celebren al mismo tiempo que la elección presidencial, cosa que en este año será crucial, pues tendrá una gran prueba de independencia y de capacidad de organización, esperemos los mejores resultados de su función y salgamos a votar.