Gabriel Morales Sod
Sin lugar a dudas la respuesta de los líderes europeos ante la crisis de los refugiados ha sido lenta, descoordinada e insuficiente. Mientras Francia, Alemania y Gran Bretaña han decidido abrir sus puertas a alrededor de 300 mil refugiados, varios países europeos, liderados por la derecha cristiana (y cabe mencionar, xenófoba) se han negado a recibir musulmanes en sus países. Sin embargo, a pesar de que ciertamente las potencias europeas podrían recibir a más migrantes, y de que una política europea coordinada es urgente, la realidad es que ninguna cuota o ayuda humanitaria dentro de Europa es suficiente para contener esta crisis.
Australia ha decidido aceptar en sus fronteras a más de 10 mil refugiados sirios y en varios países del mundo (incluyendo México) grupos de activistas han iniciado campañas para presionar a sus gobiernos a abrir las puertas a los refugiados sirios. A pesar de que las intenciones son buenas y de que concuerdo que nuestro país debería de continuar con una larga tradición de recibir refugiados, la realidad es que las fotos de republicanos españoles comparadas a las fotos de familias sirias en Facebook no son una solución al problema. Ni Europa, ni el resto del mundo en su conjunto, tiene la capacidad de recibir a más de cinco millones de sirios que han sido desplazados en los últimos años. Además de que el éxodo masivo de millones de sirios de su país y su tierra natal no es un resultado deseable.
¿Cuál es entonces la solución a esta crisis humanitaria? Sin lugar a dudas, detener la guerra en Siria. Sin embargo, esta solución suena casi tan romántica y desconectada de la realidad como las solicitudes en change.org a Enrique Peña para que reciba a diez mil refugiados. Ante la imposibilidad de detener la guerra y de recibir a millones de refugiados, la única solución viable es el establecimiento de una zona segura en Siria. Es decir que se debe establecer un área dentro de Siria en donde el espacio aéreo esté controlado por la coalición internacional y donde se impida la llegada de los militantes del Estado Islámico. La comunidad internacional deberá estar encargada de mantener económicamente esta zona. Aunque esta propuesta requiere de un importante operativo militar en Siria (algo que tanto Estados Unidos como Europa han procurado evitar), esta solución parece la más adecuada para todas las partes. Por un lado, Europa podría dedicar sus esfuerzos a mantener esta área y no a contener una crisis en sus fronteras; por el otro, los sirios no tendrían que emprender una travesía dolorosa y peligrosa hacia Europa; además, los países vecinos (Turquía, Jordania y Líbano) podrían tener un respiro del enorme flujo de refugiados al que se enfrentan. Turquía ha propuesto ya el establecimiento de esta zona en el consejo de seguridad. Mientras no se llegue a una solución política al conflicto sirio, ésta, parece ser, es la única solución real al problema de los refugiados.
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