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Al igual que Simón Bolívar, el escritor Carlos Montemayor (1947-2010) fue un libertador y un luchador social en cuyas obras literarias estaba presente la libertad, la igualdad, la fraternidad y la propiedad, aseguró Laura Esquivel.
La autora, entrevistada tras la inauguración de un ciclo de actividades para conmemorar el Bicentenario de la República Bolivariana de Venezuela, en Coyoacán, la autora del best-seller "Como agua para Chocolate" lamentó el deceso del escritor, traductor, activista social y defensor de los pueblos indígenas.
"No creo en la muerte, pero me duele pensar que Carlos se ha ido. Lo lamento, y al igual que hablo de Simón Bolívar, Carlos es un caso igual. Pues deja un camino pendiente que hay que completar", dijo.
"Si alguien luchó por la defensa de los pueblos, del idioma y por la defensa de la naturaleza, fue él, un ser que amaba la vida de una manera intensa", opinó la actual directora de cultura de la delegación Coyoacán.
Esquivel pidió seguir el ejemplo de Montemayor a fin de rendirle tributo, porque "fue un libertador increíble".
"Carlos dejó suficiente obra para ver la vida y que se presente siempre. Fue un ser humano realmente tan comprometido en su trabajo y pensamientos; sus acciones nos dejaron tanto sabiduría, cercanía con nuestra tradición sagrada con los pueblos y lengua", afirmó.
La escritora, en cuyas obras emplea un realismo mágico para combinar lo sobrenatural con lo mundano, recordó haber conocido a Montemayor hace un par de años, en encuentros de literatura.
"Lo conocí hace varios años, en eventos de literatura, pero mi más cercano fue hace dos años en San Luis Potosí. Esa vez estuvo agradable, porque fue un encuentro que permitía mucho toda la intimidad y relación entre los escritores, fue algo bello", mencionó.
Esquivel pidió se reedite la obra del autor chihuahuense, a fin de rendirle tributo y revalorarlo.
Nacida en esta ciudad en 1950, Laura Esquivel es autora de obras como "La ley del amor", "Intimas suculencias", "Estrellita marinera", "Tan veloz como el deseo" y "Malinche", entre otros textos.
Entre 1979 y 1980 escribió programas infantiles para la cadena cultural de la televisión mexicana y, en 1983, fundó el Centro de Invención Permanente, integrado por talleres artísticos para niños, asumiendo su dirección técnica.
Su obra más conocida es "Como agua para chocolate", la cual fue llevada al cine por su entonces esposo Alfonso Arau en 1992 y galardonada con 10 premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Tanto la película como el libro, traducido a más de 30 idiomas, tuvieron mucho éxito en diversos países.
agp
