Luis Chumacero, hijo del poeta Alí, afirmó que “guardaré por siempre la imagen de un padre generoso, bondadoso, inteligente, muy vital y con un amplísimo sentido del humor”.
En entrevista con Notimex, señaló: “¿Un recuerdo imborrable? Las tardes de toros junto a él, la arena, el ruedo, las figuras del toreo mundial y los astados. Eso, ¡nadie me lo quita!”.
El poeta Alí Chumacero murió la noche de este viernes y su cuerpo es velado en una agencia funeraria de las calles de Sullivan, en la colonia San Rafael de esta ciudad, al comentar sobre la imagen que ha quedado grabada en su mente y corazón.
A las puertas de la funeraria, recordó una faena de Paco Camino, otra de “Amoroso”, cuando Manolo Martínez indultó a ese toro; la corrida a la bestia “Samurái” del Niño de la Capea y dos tardes más, con Ponce. “Nos gustaron mucho los toros”, dijo.
Sin embargo, al echar a andar la memoria con ternura para avivar esos sus invaluables paseos dominicales, el entrevistado puso especial énfasis al acordarse de la presentación de “El Juli” en México. “Luego de esas faenas nos gustaba ir a comer, a casa o a comprar algunos libros, siempre libros”, señaló.
Dijo que guarda la estampa de alguien que trabajó toda su vida y quien hizo todo lo humanamente posible porque la gente aprendiera a ser inteligente y generosa. “Dos puntos fundamentales para mi padre, dentro de la conducta de las personas, eran la bondad y la generosidad”.
vms