Foto: Francisco Contreras
La representación de la danza de las aves está en peligro de extinción, alertaron los caporales en 2009, por lo que se creó la escuela para niños voladores en Papantla, Veracruz.
Con este año van cinco generaciones de infantes educados en el arte de la danza desde que inició este plantel en el parque Takilhsukut con el propósito de difundir la tradición, pero sobre todo, que los significados de los ritos y ceremonias sean los correctos.
La migración hacia los Estados Unidos en busca de oportunidades y la poca seriedad con la que las nuevas generaciones toman estos ritos ha hecho que cada vez haya menos interesados en ejecutar esta danza, por lo que el Centro de Artes Indígenas y el Parque Takilhsukut vieron la necesidad de propagar esta tradición.
Sin embargo la institución sólo pudo surgir cuando los ancianos voladores les respondieron que lo que querían eran danzantes preparados, por lo que además de enseñarles a volar, en esta escuela se les enseña a hablar totonaco, sobre el valor espiritual del ritual y los sones que en él se tocan; todo esto para que no sólo lo hagan mecánicamente, sino que la tradición pase íntegramente a las nuevas generaciones.
Actualmente 70 niños conforman la nueva generación de voladores de entre 7 y 11 años, que asisten a clases todos los sábados conjuntando este arte con sus actividades regulares; como ejemplo de esto está el caporal Víctor García, que se graduará de técnico educativo, carrera que estudió con una beca proporcionada por la Cumbre Tajín.
ams