El morbo supera el agravio artístico

Foto Especial

Playeras, pasteles, portadas de revistas, fotos de perfiles... lucen el nuevo Ecce Homo realizado por una mujer de 80 años en una iglesia poco visitada en Borja, España. La imagen está sobre una obra realizada a finales del siglo XIX. “La noticia generó morbo. Lo artístico hace mucho tiempo quedó superado”, asegura a La Razón Juan María de Ojeda, Concejal Cultural del Ayuntamiento de Borja.

Cecilia Giménez es la feligresa que decidió restaurar el muro del Santuario de Nuestra Señora de Misericordia que estaba deteriorado por la humedad, pero el resultado no se parece en nada al original. La noticia que se dio a conocer el 7 de agosto “tuvo un impacto limitado, unos 500 lectores que entran al blog (del Centro de Estudios Borgianos); pero 14 días después El Heraldo de Aragón produjo bruscamente un fenómeno que está siendo estudiado sociológicamente”, comenta desde España Manuel Gracia Rivas, presidente del blog que dio a conocer la noticia.

El suceso provocó que desde el 22 de agosto periódicos, televisoras, radiodifusoras, universidades y agencias de publicidad de 130 países y 22 territorios aislados se acercaran al Centro de Estudios Borgianos para conocer la historia.

“El asunto se ha desbordado, pues llega gente de diversos lugares a ver la obra; lo que preocupa es la razón por la que una noticia de ámbito local se transformó en este fenómeno en los últimos días”, comparte Gracia Rivas.

En las redes sociales la imagen se convirtió en un ícono que fue intervenido con el rostro de modelos, actores, cantantes, personajes de caricatura, presidentes, deportistas, funcionarios... de diferentes nacionalidades, así como imágenes que satirizan la religión y el arte pictórico. Cecilia Giménez se volvió tan celebre por este error que hasta en Wikipedia ya crearon su biografía.

“La pintura está en una iglesia poco conocida, da la casualidad de que alguien la arruinó y las redes sociales hicieron un escándalo más grande.

Creo que es un asunto que se ha vuelto más mediático que trascendente para la historia del arte, sirve como un ejemplo de las cosas que se tienen que cuidar por los bienes culturales”, expresa en entrevista el crítico de arte Miguel Ángel Muñoz.

Como el éxito del Ecce Homo (bautizado como Ecce Mono) rebasó todo límite al crearse una cuenta de Facebook de fans de Cecilia, con 88 mil 138 seguidores, y cartas enviadas al Ayuntamiento de Borja para solicitar que se mantenga la obra tal como está, las autoridades decidieron patentar la marca Ecce Homo, pues pastelerías como El Horno de Onofre tuvieron grandes ventas luego de vender crepas con el rostro del Cristo desfigurado.

Este registro se realizó, de acuerdo con Juan María de Ojeda, para proteger la imagen de la explotación comercial y beneficiar al particular que aloja la iglesia en cuestión, pues, el santuario no pertenece al obispado, sino a la Fundación Sancti Spiritus que alberga un hospital antiguo que actualmente es una residencia de ancianos.

El caserón es de origen medieval, pero desde el siglo XIX sirve como un espacio de veraneo, es por ello que el registro del resultado de una restauración con buenas intenciones servirá para nutrir los fondos del hospital.

Mientras tanto, miles de personas visitan la pequeña ciudad, de sólo cinco mil personas, sólo para ver obra de arte, que fue primera plana en diarios como The Washintong Post, aunque para esto deban hacer largas filas.

La nota de la restauración del Ecce Homo fue dada a conocer por el blog del Centro de Estudios Borgianos el 7 de agosto; sin embargo la trascendencia mundial se dio el 14 del mismo mes, cuando El Heraldo de Aragón publicó la nota.

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