Brasilia llora al maestro de la curva en Planalto

Fotos AP y Especial

El mundo lamentó su muerte y rindió honores a uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, Oscar Niemeyer, quien construyó los edificios más importantes de Brasilia, así como la Universidad Constantina en Argelia y el Centro Niemeyer de Avilés.

El presidente de Francia, François Hollande, el primer ministro Jean-Marc Ayrault y Pierre Laurent, secretario nacional del Partido Comunista francés (PC), quien dijo que no había mejor homenaje para Niemeyer que dejar entrar a la gente a la sede del partido, para que observen la obra del arquitecto.

Por otro lado la alcaldesa de Avilés, España, Pilar Varela dijo sentirse muy honrada de que el nombre del brasileño y el de la ciudad queden vinculados para siempre, aseguró que planificarán un agradecimiento póstumo en Avilés como él se lo merece.

Al pésame español se sumó un comunicado de Hugo Chavéz quien expresó sus condolencias para la familia del que llamó “hijo de esta patria grande”, desde La Habana, Cuba afirmó que el arquitecto era un comprometido con los pobres de la tierra y con la justicia social.

En México los arquitectos Miquel Adriá, director de la revista Arquine y José Sanchéz Aedo, fundador del Grupo Arquitech, expresaron que la muerte del artista es lamentable por todo lo que aportó a la arquitectura.

“Lo más loable de su arquitectura es haber llevado a cabo lo que hizo en Brasil, en donde integra la sensualidad de la línea y la incorporación de lo orgánico, es lamentable ya no tenerlo físicamente”, expresa Miquel Adriá, para La Razón.

Afirmó que el gran aporte de Niemeyer fue su incorporación de lo orgánico, la gestualidad y la sensualidad de las curvas, a la geometría clara y pura. “Su obra más importante es la capital de Brasil; con todos sus edificios monumentales, empezando por el parlamento, sin duda su obra es un monumento a la modernidad”, expresó el director.

“Nos enseña cómo la mano suelta con la línea curva permite hacer cosas muy bellas”, comentó Sánchez Aedo.

En Brasilia el gobierno permitió que los ciudadanos le dieran el último adiós al genio de la curva, en el Palacio de Planalto. El ataúd con Niemeyer fue trasladado desde Río de Janeiro a la capital del país en el avión presidencial envuelto en una bandera brasileña. A su arribo lo esperaban la mandataria Dilma Rousseff quien acompañaba a la viuda del maestro, Veria Lucia Cabreira.

El artista de la curva fue sepultado en el cementerio São João Batista.

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