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Hace dos décadas el arquitecto Shigeru Ban presentó a la ONU, en Ginebra, una estructura de tubos de papel para construir casas para los tres millones de refugiados que vivían en Ruanda a la intemperie... ayer, el japonés ganó el Premio Pritzker 2014, el Nobel de los arquitectos.
Ban fue elegido como ganador por sus proyectos “elegantes e innovadores para clientes privados y por usar el mismo diseño inventivo y habilidoso para sus esfuerzos humanitarios”, y porque gracias a él, se considera que “en la arquitectura, la sustenibilidad no es un concepto sino un hecho”, declaró Tom Pritzker, presidente de la Fundación Hyatt, que desde 1979 otorga este premio.
El japonés de 56 años se ha dedicado a crear una arquitectura con materiales reciclables y de bajo costo, y se ha caracterizado por la sencillez de sus construcciones. El mejor ejemplo de esto es la casa y la iglesia de papel, las cuales construyó tras el terremoto de Kobe, Taiwán, en 1995, en las que reutilizó cajas de cerveza como cimientos y que tienen tubos de papel como estructura. El año pasado concluyó una catedral de cartón en Christchurch, Nueva Zelanda, y la Sala de conciertos de L’Aquila, en Italia. Éstos y otros templos forman parte de su extenso currículo como activista.
El arquitecto fundó una ONG llamada VAN (Red de arquitectos voluntarios), con la que ha construido edificios y viviendas para damnificados por terremotos, tsunamis, huracanes o guerras. Pero no sólo tiene construcciones altruistas, también presume en su trayectoria construcciones privadas como la Casa Desnuda, un proyecto innovador de un hogar con habitaciones móviles; el Museo Nómada, que va de país en país; y su obra maestra, la segunda parte del Centro Pompidou-Metz, en Francia. “Considero este premio como un aliento para seguir haciendo lo que hago, no para cambiarlo, sino para crecer”, declaró Shigeru Ban. La premiación será el próximo 13 de junio en Amsterdam.
