Garanča conmueve almas en la primera sala filarmónica del país

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Foto: larazondemexico

Excepcionales actos en los principales teatros y compañías de ópera del mundo: Metropolitan Opera House de Nueva York, Royal Opera House de Londres, Ópera estatal Bávara y Estatal de Viena, han colocado a la mezzosoprano Elīna Garanča como una de las figuras más brillantes en el bel canto durante la última década.

La noche del miércoles pasado la artista letona se presentó por primera vez en la Ciudad de México, donde, frente a una Sala Netzahualcóyotl desbordada, dio muestra de su privilegiada interpretación y gran elegancia en el escenario, poniendo al público de pie en más de una ocasión con una serie de ovaciones.

En compañía de la Orquesta Sinfónica de Minería y bajo la batuta del director invitado Constantine Orbelian, la cantante cautivó a los presentes con un repertorio conformado por grandes piezas de la ópera clásica; la velada dio inicio con la obertura de Ruslán y Ludmila, de Mijail Glinka, a manos del conjunto instrumental, para luego recibir a Garanca con “Da, chas nastal!”, de La doncella de Orleáns, de Piotr Ilich Tchaikovski.

Las composiciones “Voi lo sapete” de Cavalleria rusticana, de Pietro Mascagni; selecciones de Sansón y Dalila, de Camille Saint Saens, y “O mon Fernand… Mon arret” de La Favorita, de Gaetano Donizetti, desfilaron antes de presentarse el intermedio.

Para la segunda etapa de la gala la reconocida mezzosoprano demostró su dominio del español con un programa de romanzas de zarzuela que incluyó “Danza española No. 1” de La vida breve, de Manuel de Falla; “Canción de Paloma” de El barberillo de Lavapiés, de Francisco Asenjo Barbieri; “Cuando está tan hondo” de El Barquillero; “De España vengo”, de El niño Judío, de Pablo Luna Carné y selecciones de Carmen, de Georges Bizet.

Cada interpretación consiguió arrebatar las emociones de los presentes con la mezcla de sentimentalismo, goce e intensidad que distingue su trabajo.

Ante una audiencia emocionada con el debut de la cantante en tierra mexicana, ésta atinó extender el recital con “O mio babino caro”, de la ópera cómica Gianni Schicchi, de Giacomo Puccini; “Carceleras”, de Las hijas del Zebedeo, de Ruperto Chapí; y la muy aplaudida “Granada”, del compositor mexicano Agustín Lara.

Bienvenida en México. Tras el éxito en la sala de conciertos del Centro Cultural Universitario, Elīna Garanča ofrecerá un tour con tres recitales más.

Este sábado 14 de enero visitará León, Guanajuato; el día 17 estará en Torreón, Coahuila; y finalizará su gira mexicana el 20 de enero en la ciudad de Alamos, Sonora, en el marco de la 33 edición del Festival Alfonso Ortiz Tirado.

Será durante el evento cuando la mezzosoprano reciba la medalla Alfonso Ortiz Tirado, en reconocimiento a su destacada trayectoria; ésta es la primera ocasión en que el galardón se otorga a un artista extranjero.

La crítica especializada define a Garanča como una de las estrellas más brillantes surgida en la ópera durante la pasada década, y quien hoy se muestra como una artista consumada con un voz capaz de transmitir poder y calidez. Su carrera en la música comenzó a tomar forma en el Teatro del Estado Südthüringisches, de Meiningen, y más tarde en la Compañía de ópera de Frankfurt.

Comenzó a destacarse a nivel internacional con su participación en el Festival de Salzburgo de 2003, al asumir el papel de Annio en La clemenza di Tito, de Mozart, dirigida por Nikolaus Harnoncourt, aunque fue su primera actuación con la Ópera Estatal de Viena, como Lola en Cavalleria rusticana, que se convirtió en una artista frecuente con dicha compañía y su carrera comenzó a elevarse con diversos e importantes papeles en las galas de mayor renombre del orbe.

“Hasta ahora he cantado todo; Mozart, el bel canto y algo dramático; para uno siempre es difícil. Cuando empecé cantaba mucho, pero no digo que lo mío era del corazón, ahora es algo que saco del alma y espero que la voz lo soporte y soy feliz”, declaró la famosa cantante en conferencia de prensa, antes de llevar a cabo su primer recital en la Ciudad de México. “Tengo la suerte de que mi voz, no ha llegado a su último punto”, agregó.

“Mis pies deben sentirse libres para que mi alma y mi voz puedan flotar”, es la frase con la que Elīna Garanča termina de definir su pasión por la ópera.

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