[caption id="attachment_446379" align="alignleft" width="225"] Algunas de las formas en como castigaban a los prisioneros de guerra. Foto: Especial[/caption]
Amo y esclavo, dominante y sumiso, así es el bondage, una práctica sexual que tiene sus orígenes en Japón y que en la actualidad se ha popularizado gracias a películas como “50 sombras de gray” y “50 sombras más oscuras”, pero algo que necesitas saber es que esta forma de juego sexual va mucha más allá de lo que esos largometrajes han mostrado.
¿Qué es el bondage? Es una práctica sexual que consiste en inmovilizar el cuerpo de la persona con la que se está teniendo sexo. Esta inmovilización puede ser en una sola parte del cuerpo o en su totalidad.
En entrevista al periódico La Razón, el maestro de bondage Beto menciona que es necesario la utilización de cuerdas, cintas, cadenas, telas de algodón, esposas o, en algunos casos, corbatas, para inmovilizar. Es habitual el uso de mordazas y vendaje de ojos para que la otra persona solo produzca ruidos.
De castigo a práctica sexual disidente
[caption id="attachment_446380" align="alignright" width="225"] Algunas de las formas en como castigaban a los prisioneros de guerra. Foto: Especial[/caption]
Esta forma de juego sexual surgió en Japón, pero se originó como un castigo marcial denominado hojojutsu, y consistía en paralizar a guerreros prisioneros, a quienes se les infringían castigos sexuales.
Master K, en su libro “Shibari: the Art of Japanese Bondage”, menciona que entre los años 1400 y 1700 se desarrolló una práctica similar denominada kinbaku, la cual consistía en una encarcelación con sentido estético y artístico, que con el tiempo se le denominó shibari, traducido como atar o amarrar.
El bondage y su carácter sexual no implican necesariamente la estimulación genital directa ni del coito. Por ello, desde la sexualidad hegemónica es calificada como una práctica sexual disidente o alternativa, ya que la excitación se logra a través de las sensaciones producidas por las ataduras y por mantener a la otra persona en total control.
Jonathan Brazell, en su artículo “The art and history of erotic bondage”, afirma que el bondage occidentalizado se centra en la dominación con fines sexuales, dejando a un lado la meditación y la expansión de emociones. Para Brazell, el “verdadero” bondage consiste en propiciar un viaje sensorial a través de la meditación y las estimulaciones con el contacto con las cuerdas.
Formas de practicarlo
[caption id="attachment_446381" align="alignleft" width="225"] Representación artística de una forma de bondage de sumisión. Foto: Especial[/caption]
“Seguro, porque ambos conocen cómo se desarrolla la práctica; sensato, porque cada uno tiene capacidad de razonar y distinguir la fantasía de la realidad; consensuado, porque cada uno está de acuerdo a la intensidad y forma de desarrollarlo”, afirma.
“Cuando todo comienza es como si entraras en una obra de teatro, tienes que adentrarte en tu papel de sumiso o dominador, y tienes que esperar hasta que termine, incluso si se siente incomodidad o ya no se quiere seguir, se utiliza una palabra clave”, concluye Beto.
Master K también señala que existen tres formas de practicar bondage:
Propósito: es la más conocida del bondage dominación sumisión masoquismo (BDSM) y consiste en restringir a la persona sumisa para un uso posterior.
Decorativo: el sumiso es utilizado como objeto estético, ya sea para apreciarlo o para una sesión de fotografías.
Tortura: la persona sumisa es utilizada como servidumbre, ya sea una mesa o un objeto cotidiano, esto se realiza en fiestas BDSM.
Para Beto, es necesario que en la práctica del bondage se respeten las siglas SSC, que significan seguro, sensato y consensuado.
El componente erótico y excitante del bondage reside en la liberación mental proveniente de la cesión de la responsabilidad y el ejercicio de la vulnerabilidad. En el juego, la persona inmovilizada confía a otra u otras la capacidad de acción sobre su cuerpo sin más opción que la liberación de la mente y sus preocupaciones.