Trazan historia de las 8 mujeres

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Foto: larazondemexico

Muchas fueron las mujeres que influyeron en la vida del conquistador del Imperio Mexica, como Catalina Pizarro Altamirano — madre del conquistador—, Catalina Juárez de Marcayda o Juana Ramírez de Arellano — sus esposas —. No obstante, con independencia de estas famosas féminas, un grupo de mujeres tuvo una importancia capital en la vida de este prohombre, un escuadrón que pasó inadvertido y que se denominó: Las ocho mujeres de Cortés.

El 18 de noviembre de 1518 Hernán Cortés zarpó del puerto de Santiago de Cuba con una flota compuesta por once naves con cerca de seiscientos hombres a bordo, infantes, arcabuceros, marineros, ballesteros o jinetes en los hechos que precedieron a la conquista definitiva de la capital azteca.

No obstante, si analizamos las fuentes que nos narran estos acontecimientos descubrimos que la empresa mexicana no fue una hazaña exclusivamente masculina, tal y como pudiera parecer, sino que en ella participaron de forma activa y valerosa ocho mujeres. Sobre este hecho se manifiestan los cronistas Bernal Díaz del Castillo y Baltasar Dorantes de Carranza, quienes defienden las cifras de ocho y once mujeres, respectivamente.

Grandes valentías. Estas mujeres, que formaron parte de las huestes de Cortés y que parecen haber sido olvidadas por la historiografía, demostraron en el campo de batalla ser fieras y aguerridas. Así, Dorantes de Carranza asevera que “no sólo los conquistadores fueron héroes y valerosos” sino que también había mujeres que contribuyeron a esa grandeza.

En este sentido, Díaz del Castillo muestra especial interés en una de las ocho, llamada María de Estrada, de quien dice el cronista Diego Muñoz Camargo que “hacía maravillosos y hazañeros hechos con una espada y un escudo en las manos, peleando valerosamente con tanta furia y ánimo que excedía al esfuerzo de cualquier varón”.

Muñoz Camargo también hace referencia a Estrada, en este caso a su papel en la memorable batalla de Otumba: “A caballo y con una lanza en las manos, digno por cierto de eterna fama e inmortal memoria”.

En otro episodio del referido proceso de la Conquista, el cronista Francisco Cervantes de Salazar expone que cuando Hernán Cortés pretendió que las mujeres que formaban parte de sus tropas se quedaran a descansar en la ciudad de Tlaxcala, María de Estrada le espetó: “No está bien, señor capitán, que las mujeres españolas dejen a sus maridos yendo a la guerra; donde ellos murieren, moriremos nosotras”.

Cervantes de Salazar hace referencia a otra de las ocho, Beatriz Bermúdez de Velasco, quien en el cerco a Tenochtitlán al ver cómo un grupo de sus hombres intimidado por el ataque del enemigo, les espetó: “¡Vergüenza de españoles!, ¿qué es esto de huir de gente tan vil a quien tantas veces habéis vencido? ”.

María de Estrada, Beatriz Bermúdez de Velasco, Francisca y Beatriz de Ordaz, María Hernández, la viuda del Capitán Portillo, Fulana Gómez e Isabel Rodríguez son las mujeres que acompañaron a Cortés en la hazaña.

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