El libro de Karl Marx, principal padre del comunismo, "El capital" es a los marxistas lo que "El Quijote" al lector común: todos lo citan, pero pocos lo han leído. Sin embargo, aquella crítica de la economía política sirvió para dotar a los movimientos socialistas de la modernidad y la sistematicidad que carecían.
Lo cierto es que su obra sería impensable sin el patrocinio de Friedrich Engels, un empresario, y de su propia esposa, la baronesa Jenny von Westphalen, un matrimonio que no impidió a Karl concebir un hijo con su criada.
El alemán dedicaba el día a leer y a escribir, como cuenta su biógrafo, Francis Wheen, y publicaba en toda revista que tuviera a mano sobre diversos temas, aunque no tuviera mucho conocimiento. De hecho, en la década de 1850 dedicó unos cuantos artículos a nuestro país, publicados como "Revolución en España", repletos de errores y lugares comunes.
El dato
Marx entregó a su editor el primer volumen en 1867, cuando se había comprometido a hacerlo en 1851.
Para algunos de sus estudiosos era perezoso; y otros, tendentes a excusarle, hablan de su meticulosidad como causa del retraso.
A finales de septiembre de 1867 salió la primera edición del Libro I de "El capital. Crítica de la economía política" con apenas mil ejemplares, la editorial Wigand tardó cuatro años en venderlos. Sin embargo no fue la falta de éxito por lo que Marx no llegó a terminar el volumen, al que llegó a definir como un "obús dirigido al estómago de la clase capitalista".
Antes de morir, el 14 de marzo de 1883, en Londres, entregó a su amigo Engels el manuscrito de la continuación. Pero tampoco estaba completo.
Sus seguidores rebuscaron entre sus papeles y compilaron otros dos volúmenes, publicados en 1885 y 1894. La obra cerraba el círculo del filósofo más influyente del XIX, especialmente con su "Manifiesto comunista" (1848) –obra de encargo, redactada junto a Engels– y "El 18 Brumario de Luis Bonaparte" (1852) –un sagaz análisis de las luchas políticas y sociales en Francia–.
En el prólogo a la edición inglesa de 1886, Friedrich Engels escribió que Marx había redactado "El capital" pensando en la historia y economía de Inglaterra porque creía que era el único país donde sería inevitable la revolución por las contradicciones del capitalismo.
La conclusión parecía indicar que fuera de Gran Bretaña, el análisis y la predicción de Marx no servían de forma inmediata. Por esta razón, el marxismo se convirtió en una sombra en manos de Lenin.
Una Obra poco leída
La suerte de "El capital" en el siglo XX, además de ser poco leído pero muy citado, no ha sido buena. J. M. Keynes, el economista socialdemócrata más influyente del XX, decía que que era "un manual no solo equivocado desde el punto de vista económico sino también sin interés en el mundo moderno".
La Escuela de Fráncfort y los comunistas franceses de la década de 1960, incluso hoy el filósofo esloveno Slavoj Žižek, prefirieron quedarse con el «joven Marx», el anterior a «El capital», más político y directo, usable para la propaganda y la agitación, y menos farragoso.
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