Carmelo Torres nació con la cumbia en la sangre. De padre gaitero y tíos acordeonistas, desde pequeño sintió la punción por abrazar el acordeón —ese instrumento de viento que llegó a México con la migración alemana de la industria cervecera— hasta obtener de él su famosa cumbia sabanera.
“El acordeón llegó a mi vida porque vengo de una familia de músicos. Cuando era chico —tiene 66 años— mi hermano me compró un acordeón, me puse a escudriñar y a tocarlo. Me saque algunas canciones, pera al cabo de un tiempo se dañó. Vengo de una familia campesina, en aquel tiempo éramos pobres y no podía comprar otro acordeón”, dice Carmelo Torres, en entrevista con La Razón.
El Dato: Carmelo Torres ha participado en eventos como el Festival del Hombre Caimán, Festival Sabanero del acordeón en Sincelejo y Festival Tabacalero del Carmen de Bolívar.
A los 18 años Carmelo trabajó duro entre los sembradíos de tabaco con la única intensión de comprar otro. “Junté la plata para poder hacerme de un nuevo acordeón, por allá de los años 70, y desde entonces tengo un matrimonio con ese instrumento. No me he separado de él , duermo con él, es mi confidente, cuando tengo cualquier preocupación lo tocó y enseguida se me pasa, es como mi bella mujer”, aseguró Carmelo, quien ha recorrido países como Francia, España, Italia, Bélgica, Inglaterra, Corea del Sur, Australia, entre otros, con su música.
La cumbia sabanera es alegre, mezcla los sonidos del campo con el ritmo caribeño de la guacharaca y el acordeón de Carmelo. “Los intérpretes mayores, siempre se inspiraron en los sonidos del campo, en el canto de las aves, todos los sonidos que ellos escuchaban los imitaban en el acordeón y la gaita”, cuenta el colombiano.
Torres conoció a Andrés Landero en los años 70. Para entonces Landero ya era un compositor y músico reconocido en Colombia. Para Carmelo fue una época inolvidable. “Anduve con el maestro por ahí de los años 70 y hasta que falleció estuve con él en las parrandas, lo acompañaba a las fiestas, a las casetas, siempre me invitaba a tocar”, recuerda el acordeonista autor de “Amanezco Bailando”.
“Todo el tiempo he sido un defensor del folclor colombiano, la cumbia sabanera y tradicional. He dedicado mi vida a eso y ahora estoy viendo los frutos; en Colombia, en San Jacinto, en Bogotá, hay muchos jóvenes que están interpretando la cumbia Sabanera”
“Lo que más recuerdo de Andrés son sus consejos. La música es un arte, es una profesión como cualquier otra y hay que respetarla. Haz las cosas con respeto y verás que llegas alto, me decía el maestro Landero cuando yo tenía unos 29 años”, comenta el acordeonista nacido en 1951.
La defensa del folclor es uno de los asuntos que el músico considera importantes dentro de sus composiciones. ”Todo el tiempo he sido un defensor del folclor colombiano, de la cumbia sabanera y tradicional. He dedicado mi vida a eso y gracias a Dios estamos viendo los frutos; en Colombia, en San Jacinto, en Bogotá, hay muchos jóvenes que están interpretando la cumbia sabanera”, asegura Torres.
En el marco de la edición 45 del Festival Cervantino, Carmelo Torres se presentará el domingo 15 de octubre a las 12:00 horas, en la Exhacienda de San Gabriel de Barrera. En medio de la gira en la que promociona su nuevo trabajo discográfico y su último sencillo “Bailemos cumbia”, del maestro Orlando Landero, hijo del maestro Andrés Landero.
“El acordeón llegó a mi vida porque vengo de una familia de músicos. Cuando era chico —tiene 66 años— mi hermano me compró un acordeón, me puse a escudriñar y a tocarlo. Me saque algunas canciones, pero al cabo de un tiempo se dañó. ”
Para Carmelo regresar a México le trae buenos recuerdos. Durante su primera presentación en el país, en un festival de 2008, la agrupación del colombiano tuvo que regresar al escenario después de que el público lo pidiera a gritos.
“Cuando vengo a México donde quiera que me presento el público me responde muy bien y se enloquece con mi cumbia”, finaliza el acordeonista.