Un grupo de investigadores reveló que dada la evidencia existente, Teotihuacán no fue la Ciudad de los Dioses, sino la Ciudad del Sol, por lo que debió ser nombrada Teo uacan y no como se popularizó desde el último tercio del siglo XX.
La hipótesis de los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Verónica Ortega y Edith Vergara, y del experto independiente, Enrique del Castillo, se basa en nuevos estudios epigráficos e iconográficos de documentos del siglo XVI como el Códice Xólotl, y otros materiales arqueológicos.
Según éstos, la mítica urbe debió ser nombrada por los pueblos que arribaron al valle con posterioridad al siglo VIII —una vez abandonada—, como Teo uacan, la “Ciudad del Sol”, pues más que guardar relación con la conocida Leyenda de los soles —que relata la congregación de las deidades creadoras en Teotihuacán—, el vocablo original alude a que “ahí se nombraba al Sol, al legítimo gobernante”.
Nuevos estudios de documentos del siglo XVI proponen que Teotihuacan debió ser nombrada por los pueblos que arribaron al valle con posterioridad al siglo VIII como Teo uacan, la “Ciudad del Sol”. #Fotogalería: http://t.co/xUgqrivYPz pic.twitter.com/2HpFW1jwDw
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A decir de los investigadores que llevan a cabo estas indagaciones, dicha hipótesis es lógica si se considera que los mexicas y otros grupos consideraban a esta ciudad abandonada, que se distinguía a la distancia por los monumentales basamentos del Sol y la Luna, como un lugar de peregrinación.
Verónica Ortega, Edith Vergara y Enrique del Castillo comenzaron esta propuesta de una “nueva denominación” para la hasta ahora nombrada Teotihuacán, basándose en los análisis del Códice Xólotl, manuscrito cuya narración abarca cuatro siglos de la historia de la ciudad de Texcoco y el Valle de Teotihuacán.
[caption id="attachment_691396" align="alignright" width="300"] (Foto: Cuartoscuro Archivo)[/caption]
En palabras de los investigadores, “es en el año 1338, con la fundación de Tlatelolco, la ciudad mexica y gemela de Tenochtitlán, cuando vemos por primera vez una alusión a Teotihuacán en el Códice Xólotl. La referencia parte de un personaje asociado a un pequeño sol y quien cuenta con las dos vírgulas de la palabra: la oratoria y la retórica”.
El dato clave es la palabra “Teo uacan” lo que da la certeza de la denominación indígena del lugar, la cual evidentemente ya era usada en el periodo señalado (1409 y 1427), un siglo antes de la caída de Tenochtitlán.
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La propuesta, presentada ante la comunidad científica en la reciente Mesa Redonda de Teotihuacán, también se sustenta en el análisis iconográfico de un considerable acervo de imágenes grabadas en materiales cerámicos y en los estudios epigráficos de la traducción al castellano del vocablo náhuatl teo uacan y sus posteriores agregados (la partícula –ti y la letra h).
Es así que los investigadores indican que el significado del glifo es “Ciudad del Sol”, un sitio en que eran nombrados y legitimados los mandatarios, el hombre-sol, al menos durante el periodo Posclásico (fines del siglo XIV hasta inicios del XVI), cuando el imperio mexica dominaba la Cuenca de México.
srv