La instalación de realidad virtual Carne y Arena (virtualmente presente, físicamente invisible) conceptualizada por el cineasta mexicano Alejandro González Iñarritu con fotografía de Emmanuel Lubezki, cerró anoche con la última presentación en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT).
[caption id="attachment_761672" align="aligncenter" width="3151"] El cineasta Alejandro González Iñárritu / Foto: Cuartoscuro[/caption]
Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura de la Ciudad de México, y Ricardo Raphael de la Madrid, director del CCUT, presidieron el acto de clausura de una obra de arte visual inusitada en nuestro país en que se rompieron los arquetipos del cine como espectáculo colectivo para transfigurarse en una experiencia individual dinámica en el logro de generar empatía con el público ante los peligros que enfrentan los migrantes indocumentados que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México.
[caption id="attachment_761670" align="aligncenter" width="5801"] Eduardo Vázquez, secretario de cultura de la capital; Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM y Ricardo Raphael, Director General del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, encabezaron la ceremonia de cierre de Carne y Arena de Alejadro G. Iñarritu que estuvo instalada en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco / Foto: Cuartoscuro[/caption]
“Trabajo creativo de gran carga política y de valiente exposición marcada por una sensibilidad en que el arte se pone al servicio de una causa humana. González Iñarritu demostró compromiso total en esta puesta en escena de arte político más importante exhibida en México en los últimos años”, apuntó Jorge Volpi. Eduardo Vázquez Martín leyó un texto enviado por Iñarritu desde Estados Unidos en el cual precisa que “Los migrantes son un síntoma global de la decadencia de un sistema rapaz y mono cultural que cubre el planeta entero llamado capitalismo desregulado”.
Ricardo Rachel de la Madrid entregó diplomas de reconocimiento a los técnicos que hicieron posible el montaje de la instalación que recibió en 285 días, desglosados en 3 mil 454 horas de proyecciones, a 12 mil 763 personas. “Expreso mi gratitud a todos los que hicieron posible estas funciones irrepetibles las cuales hicieron posible que el público tomara conciencia del fenómeno de la migración”, abundó el director del CCUT.
[caption id="attachment_761674" align="aligncenter" width="3091"] Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM y Ricardo Raphael, Director General del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en el cierre de Carne y Arena de Alejadro G. Iñarritu que estuvo instalada en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco / Foto: Especial[/caption]
La ceremonia concluyó con presentación de la obra teatral Misa fronteriza, de Luis Humberto Crosthwaite, bajo dirección de Marco Guagnelli en un montaje escénico donde deportados de Estados Unidos dan cuenta de su historia individual en una suerte de ofrenda que recrea pasaje del Padre nuestro católico en un bar presidido por la música de un acordeón de tristeza arrobada.
“Si González Iñarritu trabajó con lo ‘virtual presente’, nosotros lo hacemos físicamente con la presencia real de migrantes que fueron separados de sus familias y que en la obra dan testimonios de sus historias de confinamientos y maltratos de las autoridades estadounidenses”, expresó Marcos Guagnelli.
