Elena Garro y el realismo mágico

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Septiembre, 1924. Iguala, Guerrero, Colegio Teresiano. Elena, de 8 años, observa con cuidado las partículas de polvo que translucen en los hilos de luz y se imagina que en cada una existe un hotel donde viven figuras fantásticas.

La máxima representante del realismo mágico en México es incapaz de poner atención a su clase y su padre, un culto español migrado está preocupado por la discapacidad de su hija para aprender a leer. Unos años después se convierte en la primera de su clase, premiada por su rendimiento académico, castigada por su indomable conducta de niña traviesa. Desde pequeña se obsesionó con buscar el “revés” de los objetos, debajo de las camas, mesas y cuanto lugar podía espiar convencida de que el mundo tenía una parte fea oculta. Ése fue el inicio de su posterior proceso de pensamiento.

Inició sus estudios de Filosofía y Letras en la UNAM, donde conoció a Octavio Paz; se casaron en 1937, (ella 21, él 23). Helena, su única hija, nació dos años después.

Desde el inicio de su vida en pareja vivió fuera de México acompañando a su esposo en su trabajo de diplomático. Con su hábito de ver el revés de la vida se quejó de su matrimonio hasta que se divorció 20 años más tarde. Siempre escribió con genialidad. Su obra cumbre: Los recuerdos de un porvenir, ganó el Premio Xavier Villaurrutia.

Activista política, ayudaba a campesinos y profesores, lo que en el movimiento de 1968 lleva a que la acusen por un lado de ser espía del gobierno y por otro simpatizante de los hechos. Ella huye con su hija temiendo por su vida y su mente deforma la realidad de tal manera que siente que “ella provocó la revuelta estudiantil”, se exilia y se víctimiza como prófuga por 22 años, cuando en realidad nunca la persiguieron.

Elena enfermó de trastorno delirante tipo paranoide, en el cual una idea que puede surgir de un evento real se magnifica y escapar de los perseguidores reales o fantaseados se convierten en el centro de la vida del individuo.

Existe una variante conocida como Folie a Deux o locura compartida, en la que otro individuo asume las ideas del enfermo. En este caso se trataba de su hija, eso explica por qué huían las dos. Una vez enferma perdió su capacidad creativa. El tratamiento de este padecimiento es con medicamentos antipsicóticos que pueden actuar contra las ideas delirantes. Sin embargo, lo más frecuente es que los pacientes no acepten tomarlos por el miedo a que su médico sea parte del complot para dañarlos.

Recibió un homenaje en 1991 como la mejor escritora de su tiempo, lo que ella consideró falso y lo devaluó. Garro murió (1998) de cáncer de pulmón en la pobreza y olvido, solamente acompañada de su hija.

Su tumba, desolada y sin lápida, está en Cuernavaca, Morelos.

En sus palabras: “Aquí la ilusión se paga con la vida”.

*Médico psiquiatra y psicoterapeuta.

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