Con versión millennial retoman a Brecht

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En 1919, Bertolt Brecht escribió una obra (estrenada hasta 1926) que reflejaba el absurdo, los deseos aspiracionales y las contradicciones de la pequeña burguesía, con la exposición de un importante

rito: una boda.

A un año del centenario de la escritura de  este texto, La boda de los pequeños burgueses, Luis de Tavira y Antonio Zúñiga (este último encargado de la versión libre) retoman esta obra para escenificarla en el Teatro El Galeón.

El dato: La boda de los pequeños burgueses cuenta con las actuaciones de Isabel Benet, Mercedes Hernández, Abraham Jurado, Christian Cortés y Carlos Felipe López, entre otros.

El público se convierte en un invitado de las nupcias de Julieta y Román, dirigida por un planificador de bodas, quien marcará los tiempos para la recepción, la ceremonia, la entrega de regalos y la partida del pastel. Román es un joven que ha ascendido meteóricamente en el negocio familiar de su prometida; es el hijo pródigo de Uruapan y es sorprendido por sus familiares, quienes llegan a sacudir una sobreplaneada boda.

Conforme avanza la fiesta, la intransigencia, la impertinencia, el bochorno, el individualismo, el mareo y la necesidad de atención se reflejan en las acciones de los invitados: la hija que se avergüenza de los padres, el maestro de yoga que coquetea con la novia, el amigo que se acuesta con la tía del novio y las impactantes consecuencias que conlleva todo lo anterior.

Desnudos, Julieta y Román se despojan de lo social para preguntarse cómo seguir amando en estos tiempos de mentiras, secretos y engaños. Estos modernos Adán y Eva dejan atrás el Árbol del Conocimiento para abrazarse mientras tararean una canción pop (“Como yo te amo”)… así el nuevo paraíso.

Tavira, uno de los máximos conocedores en nuestro país del teatro brechtiano, hace un maridaje con la compañía Carretera 45 para presentar este proyecto, en el cual intenta adentrar a los once actores en el universo del dramaturgo.

[caption id="attachment_793442" align="alignnone" width="1068"] En la adaptación se incorporan elementos de las bodas actuales. Foto: Cortesía INBA40[/caption]

Antonio Zúñiga pretende hacer una crítica a nuestra sociedad, y sus contradicciones al mostrar actuales condiciones absurdas como son los enlaces temáticos, los sermones new age, las selfies, el menú vegetariano, los cuales buscan denotar un poder adquisitivo y estatus altos.

La puesta en escena es un intento de acercamiento a nuestra realidad, tomando como punto de partida Brecht;  sin embargo, los elementos de su teatro (el distanciamiento, el manejo de la razón más que de la emoción y la denuncia social, entre otros) no son claros ni contundentes.

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