Durante dos años y medio, el mexiquense Federico Kampf emprendió un viaje creativo inusual: entró a una catacumba de más de dos mil años de antigüedad del Museo Polmone (Roma, Italia) e hizo un mural con la misma técnica con la cual Miguel Ángel pintó La Capilla Sixtina, fresco. Así se convirtió en el primer mexicano en la historia en hacer una obra de este tipo en la ciudad del Vaticano.
Energía, tiempo y consciencia, es el nombre de la pintura, se centra en enfatizar “que toda la realidad es una consciencia percibida. Tiene una narrativa discursiva de izquierda a derecha”, compartió Campf a La Razón.
Para lograr esta obra que se inaugura el próximo 31 de octubre, el autor aseguró que durante “dos años y medio se realizó una estructura arquitectónica de metal que no tocara el muro romano para no dañarla, debido a que es zona arqueológica”. En mayo viajó para terminar el arte.
La construcción se encuentra en el centro histórico de Roma, “es un museo de arte contemporáneo, que además es un centro promocional de las artes y de filosofía. Por lo que me sentí identificado desde el primer momento”.
[caption id="attachment_794591" align="alignnone" width="739"] Gráfico: La Razón de México[/caption]
La misma estructura del recinto es ya una joya histórica, “en el medievo fue una iglesia. Tiene cerca de dos mil años”, comentó.
La obra acotó, “comienza criticando la alienación a la que estamos sometidos los humanos desde una creencia religiosa hasta nuestro comportamiento ante la tecnología, sobre cómo lo profano se vuelve sacro; también se hace la pregunta: ¿Dios crea al hombre o el hombre crea a Dios? Hay una cabeza Olmeca en síntesis con la cabeza de Júpiter y unos escultores haciendo a su dios”, detalló.
[caption id="attachment_794592" align="alignright" width="364"] Gráfico: La Razón de México[/caption]
Añadió que “en el mural frontal hay un juicio universal y un purgatorio, en el que se encuentra una María Magdalena y un Cristo contemporáneo en ascensión. En la última parte entra de lleno la Física Cuántica tomando como inspiración la idea de Giordano Bruno, a quien dibujo como mujer, de una forma transgresora ya que él iba más allá del género, porque es una cuestión arbitraria en esta consciencia”.
En el techo de la catacumba se puede observar la Piedra del Sol, con el calendario azteca, y un uróboro (serpiente que se come a sí misma), con el eterno retorno de Nietzsche, con lo cual retrata el tiempo.
La creación de este mural fue complicado debido al clima húmedo en el que se encuentra la bóveda. Aún así, el muralista no perdió ningún detalle y decidió que el piso fuera “ajedrezado porque tiene que ver con la filosofía y lo matemático”.
La obra es clásica y contemporánea a la vez; clásica porque se realizó en fresco, lo cual lo hace muy complejo, ya que Federico Campf plantea un renacimiento al regresar a las bases, y contemporánea porque hace un realismo detallado de la figura humana.
El artista concluyó diciendo que “hacer un mural es tener en cuenta el poliángulo, el estado anamórfico, la experiencia arquitectónica, los espacios comprimidos y los claros. Los conocimientos de creación” y que si sabemos todo podemos “romper los esquemas”.
El Dato: El artista ha realizado cerca de 40 exposiciones entre colectivas e individuales. Además de 100 obras.
Federico Kampf
Nació: 30 de julio de 1981
Lugar: Tepotzotlán, Edomex
Estudios: Licenciatura en Derecho y Filosofía por la Universidad Panamericana, así como una Maestría en Derecho y diplomados
en dibujo