Retratan los días de encierro de Alcira Soust en CU

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El 18 de septiembre de 1968, cerca de 10 mil militares tomaron las instalaciones de Ciudad Universitaria y detuvieron a 650 personas, entre ellas estudiantes, maestros, funcionarios, empleados y padres de familia, que participaban en una asamblea. Ese día, la poeta uruguaya Alcira Soust se refugió en los baños de la Torre de Humanidades de la UNAM; ahí sobrevivió 12 días comiendo papel higiénico y tomando agua del grifo.

Cincuenta años después de este suceso, a través de una ópera a una sola voz, se retratan los días que vivió la poetisa. Se trata de la obra Luciérnaga, en la que la compositora Gabriela Ortiz construye un universo sonoro, sutil y poderoso a partir del libreto de la

dramaturga Silvia Peláez.

El dato: Actualmente el MUAC dedica una muestra que reúne fotografías, poesías inéditas y testimonios de personas que conocieron a la poetisa. La exhibición estará abierta hasta el 25 de noviembre.

“Alcira era poeta, también dibujaba, su mente era muy creativa. Vemos cómo pasa la noche, la madrugada, el día; hay momentos que son más realistas porque todavía ella está, ciento por ciento consciente; pero a medida que pasa el tiempo, su mente se va debilitando; ahí podemos transitar hacia un lado más onírico, de los sueños, de la imaginación, del recuerdo”, explicó Silvia

Peláez a  La Razón.

Para realizar el libreto de esta obra, comisionada para el Festival Vértice. Experimentación y Vanguardia, que organiza la UNAM, la dramaturga realizó una investigación documental, entrevistó a poetas que habían conocido a Soust y se puso en contacto con su sobrino nieto, el cineasta Agustín Fernández Gabard, realizador del documental Alcira y

el campo de espigas.

La ópera cuenta con la participación de 12 músicos en escena, bajo la dirección musical de Ludwig Carrasco, quien potencia los valores operísticos y musicales de la pieza; y la dirección de escena de David Attie, quien crea un mundo metafórico y terrenal; onírico y violento; crítico y poético; bello y doloroso. En la voz destaca la participación de la soprano Cecilia Eguiarte.

La compositora Gabriela Ortiz construye a través del libreto de Peláez un universo sonoro, sutil y poderoso, a través de la experimentación electroacústica y una instrumentación contemporánea con metales, percusiones, pianos y alientos.

[caption id="attachment_810122" align="alignnone" width="945"] El Ejército en CU, el 18 de septiembre de 1968.[/caption]

Una de las características de la pieza, es que los músicos mantienen un diálogo sonoro con la intérprete.

“La ópera se centra en los días que Alcira permanece escondida en el baño, se aborda qué vive, qué piensa en esos días, cómo sobrevive; es una ópera muy introspectiva en ese sentido, se va muy hacia la parte interna, pero también presenta las realidades del exterior, que es la del Ejército en el campus universitario.

“La música te lleva a estos estados anímicos , trata de reflejar esa emoción que está sintiendo. Trato de emular el sonido de unas luciérnagas, metáforas sonoras que salen de mi propia imaginación”, señaló Ortiz en entrevista.

La puesta en escena, que se presenta en el marco de los 50 años del movimiento estudiantil del 68, es un homenaje a la lucha y a la juventud, de acuerdo con las creadoras.

“Es hablar del 68, de Alcira y más allá; es decir, toca hasta nuestros tiempos; habla también de todos los jóvenes que hoy por hoy luchan por la democracia. Es una obra dedicada a la lucha del hombre ante la adversidad, ante las fuerzas del orden, el control sin razón; y claro, habla a la juventud porque los jóvenes son la voz que se levanta para decir ‘esto no está bien’, ‘esto hay que cambiarlo’. Está dedicada a ellos porque todavía, después del 68, ha habido momentos violentos del poder contra los jóvenes”, destacó Peláez.

Luciérnagas se estrena este 10 de octubre en la Sala Miguel Covarrubias, del Centro Cultural Universitario de la UNAM, a las 19:30 horas.

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