El cumpleaños número 90 de Carlos Fuentes (Panamá, 11 de noviembre, 1928-Ciudad de México, 15 de mayo, 2012) fue conmemorado ayer en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes con la presencia de su viuda, Silvia Lemus, su hija mayor, Cecilia Fuentes, y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lidia Camacho, con una mesa moderada por el escritor Javier Garciadiego e integrada por los académicos Vicente Quirarte, Gonzalo Celorio y Georgina García Gutiérrez.
El dato: Este 2018 también se cumplieron 60 años de la publicación de La región más transparente, considerada precursora del boom de la nueva novela hispanoamericana.
Mediodía de un domingo radiante en que su hija Cecilia leyó fragmentos del texto “Hijos”, del libro En esto creo (2002), donde el Premio Cervantes 1987 da testimonio de su compromiso y responsabilidad como padre de Cecilia, Natasha y Carlos: “[...] un hijo merece la gratitud del padre por un solo día de existencia en la tierra”. Así inició la charla-homenaje al autor de La región más transparente (1958).
Escritor axiomático del siglo XX y los años iniciales del siglo XXI, Fuentes legó un sumario literario de lectura obligada: novelas, ensayos, libros de cuentos, guiones de cine, obras de teatro, artículos periodísticos, apuntes memorísticos, textos de divulgación cultural, reseñas, conferencias y escritos políticos.
“La Ciudad de México y la novela moderna fueron las coordenadas del trabajo narrativo de Carlos Fuentes. Catalizador de la renovación de la novela hispanoamericana y defensor de ella. La región más transparente, novela urbana experimental desde la pregunta crítica. Novela mural indispensable que marca un parteaguas en la literatura castellana”, precisó la investigadora Georgina García.
Vicente Quirarte rememoró al Fuentes cuentista “creador de universos fantásticos en esos cuadernos imprescindibles que son Los días enmascarados, Cantar de ciegos y Agua quemada. Lo monstruoso se convierte en metáfora de la historia en una prosa de cadenciosa y seductora enunciación. Presencia de los mitos urbanos en cercanía con las atmósferas de Henry James”.
“Fuentes supo desvestirse con su propia desnudez. Sus novelas son importantes para la literatura y para la historia de la literatura. Nada humano le fue ajeno: la ópera, el cine, la pintura, el teatro, la arquitectura, la literatura, el periodismo... Supo descodificar y reflexionar sobre el tiempo mexicano”, puntualizó
Gonzalo Celorio.
“Me da alegría escucharlos y ser cómplices del pensamiento elegante y profundo de Carlos. Agradezco la celebración de este cumpleaños en esta hermosa sala. Gracias a nombre de Carlos Fuentes, el hombre más genuino que he conocido. Yo le doy las gracias arropada en la emoción”, concluyó Silvia Lemus.