Ha muerto Fernando del Paso (Ciudad de México, 1 de abril, 1935–Guadalajara, 14 de noviembre, 2018); un hombre que se refugió en los fragores del verbo y abrevó en sus compases. La palabra, una obsesión; la búsqueda del pasado, un destino. Hurgar en las sinuosidades del lenguaje para edificar ondulaciones cómplices con una música de alucinante prosodia. La odisea personal de Fernando del Paso: gesta que tiene su punto de partida en gestos vírgenes cercanos a la noción del poeta cubano Gastón Baquero: “Yo no sé escribir y soy un inocente. / Nunca he sabido para qué sirve la escritura y soy un inocente”.
La literatura conforma un mundo imaginario de ferviente apego con la Historia. Sabemos mucho más del fraile dominico mexicano Servando Teresa de Mier (1763- 1827), gracias al universo aterrador que nos legó Reinaldo Arenas en El mundo alucinante. Toda la crónica esencial y humana de Hispanoamérica está contenida en Canto General, de Pablo Neruda. Por Alejo Carpentier asimilamos, con el Siglo de las luces, las influencias de la Revolución Francesa en el Caribe: Víctor Hughes tiene todavía mucha resonancia en nuestro ámbito.
[caption id="attachment_827231" align="alignnone" width="696"] Fernando del Paso MoranteNació: 1 de abril de 1935,Ciudad de MéxicoMurió: 14 de noviembre de 2018, GuadalajaraOcupación: Escritor, pintor, diplomático y académico mexicano[/caption]
El lenguaje tiene la capacidad de hacer revelaciones más allá de los apuntes del historiador. El otoño del patriarca, de García Márquez, es el más exhaustivo retrato del dictador latinoamericano proyectado en contigüidades cercanas al habla de Darío. / Balzac: el mayor relator de los trances de la sociedad francesa en la primera mitad del siglo XIX. Chéjov desde sus ficciones describió con acierto la caída moral de la aristocracia rusa. Dostoyevski, con sus novelas se convierte en el mejor vocero del alma rusa.
En la literatura hispanoamericana Fernando del Paso ha configurado tres momentos en los cuales historia y ficción se entretejen en un imaginario deslumbrante y trascendental con tres novelas cardinales en el ámbito de la narrativa contemporánea: hurgar en la Historia para enriquecer el presente desde las secuelas del pasado.
José Trigo (1966), gestos discordantes de un ferroviario. Novela experimental que se codea entre Cien años de soledad, de García Márquez; La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes; Tres tristes tigres, de Cabrera Infante... / Lectura gozosa de repasos: olores, paisajes y coloraciones de imaginación desbordada. Gránulos de texturas en gradaciones de púrpuras espectrales... / Prosa fragmentada en confluencias lezamianas. James Joyce se asoma en el osado despliegue lingüístico.
[Confidencias: Soy Fernando del Paso y Morante, hace 83 años vi la luz en la Ciudad de México a la mitad de los años 30, cuando presidía la república Lázaro Cárdenas. Ese año, la gente inundaba los cines para ver Ana Karérina y Luis Cernuda daba a conocer Donde habite el olvido. Soy escritor, dibujante, diplomático, académico, y he ejercido los oficios de publicista, locutor y periodista. Ayer, segundo miércoles de noviembre de 2018, a las 9:06 de la mañana, morí: me fui con Carlota. Dios no me dejó ver el mediodía].
Palinuro de México (1977): juguetona y gozosa, desbordada de un habla barroca (juego de palabras, paronomasias, aliteraciones...), intertextualidades (referencias históricas, cinematográficas y literarias), configuraciones surrealistas... La plaza de Santo Domingo, de la capital mexicana, como telón de fondo y la relación amorosa de Palinuro con su prima Estefanía. La consciencia faulkneriana se hace presente en esta reflectante fábula de
intersecciones históricas.
Noticias del Imperio (1987), mirada a la Segunda Intervención Francesa en México e instauración del Segundo Imperio Mexicano en las figuras de Maximiliano I y Carlota de México. Verdad y fabulación: Castillo de Miramar y Castillo de Bouchout: incidencias históricas y monólogos de Carlota encerrada, 70 años después del fusilamiento de Maximiliano en el Cerro de las Campanas, Querétaro. Soledad, desesperación, abandono y la presencia de la muerte en un sentido rulfiano, tanto en los gestos de Maximiliano y de la Carlota ofuscada en el Castillo.
Escritura untada de tradición y modernidad. Tres soplos cardinales de las letras de Hispanoamérica, que se coronan con el Premio Cervantes de Literatura 2015.
Linda 67 (1995). Historia de un crimen en la ciudad de San Francisco. Universo siniestro. Prosa desnuda y directa, que respeta el convencionalismo del género negro. / Sonetos de lo Diario (1997): “Soneto de lo diario”, “Soneto para un cuerpo ajeno y propio”, “Soneto para una margarita”, “Dos adivinanzas”, “Sonetos de arte antigua”, “Primeros sonetos marianos”, “Sonetos de la rosa enamorada de sí misma”, “Nuevos sonetos marianos”, “Sonetos con lugares comunes”, “Sonetos del huevo pasado por agua”. “Porque me quieres bien y amor prolijo / me otorgas por alcoba y desayuno, / te quiero, bien amor, por oportuno, / y de alcanfor, por blanca, te cobijo”. Agasajo.
[Otras confidencias: Soy Fernando del Paso y Morante. Personifique a José Trigo. Soy lector de William Faulkner, James Joyce, Juan Rulfo, Lewis Carroll, José Lezama Lima y Alejo Carpentier. Representé a Palinuro. Me gustan los carruajes, las medallas de plata, los estandartes, la tarde, el danzón cubano y el vals vienés. Gabriel García Márquez me entregó en custodia los pergaminos de Melquiades. Desando todavía en las tinieblas. Escucho los gritos de Carlota mientras Maximiliano enmarca mariposas. Sé, lo sé muy bien, que Carlota tomaba infusiones de yerbas para curar su esterilidad y darle un hijo a Maximiliano. ¡Cuántas cosas sé, Dios mío! Carlota canta una habanera, pide que toquen La bella molinera y que rematen con un vals. Sí, soy la encarnación viviente de la Emperatriz. De noche me encierro en el Castillo de Chapultepec. Carlota me dicta un bolero: lo canto en silencio. La espuma de Botticelli se traga a Venus. Soy Fernando del Paso, hijo de Fernando y de Irene. Veo a Dios en los ojos hipnotizados de María
Carlota de Bélgica].
Ha muerto el más alucinado de los escritores mexicanos: disidente y excesivo: trashumante. Carga uno de los imanes de Melquiades en el bolsillo del chaqué, un lazo amarillo de seda en el escote y unos zapatos de dos tonos. ¿Dicen adiós José Trigo y Palinuro? Estefanía y Carlota enarbolan las pañoletas. Parece que vuelven en la estela del próximo ángelus.
El Dato: Incursionó en el dibujo y la pintura. Presentó sus obras en Londres, Madrid, París, CDMX, Guadalajara y varias ciudades de EU.
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