Yo - Yo Ma permanece en silencio delante de 19 mil personas. Sentado en una silla, con su violonchelo entre las manos, escucha con los ojos cerrados y con un gesto contrito a cientos de voces que en la Plaza de la República comienzan a contar del 1 al 43, el pase de lista de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Apenas un minuto antes el músico había tomado su micrófono por primera vez en su recital de casi dos horas para dirigir unas palabras al público.
“Dedico esta suite a las familias de los desaparecidos y víctimas de la violencia en México”, dijo el violonchelista al anunciar la interpretación de Suite Nº 5 para violonchelo solo, de Johan Sebastian Bach.
Al terminar el pase de lista, el músico suspiró y comenzó a tocar la más dramática de las seis piezas que componen las suites para violonchelo del músico alemán y que forman parte de Proyecto Bach, con el que Yo-Yo Ma celebra sus seis décadas de carrera musical con un gira de dos años y conciertos en 36 lugares del mundo.
Sin duda, éste fue el momento más emotivo de su recital, que también tuvo un guiño a la música popular mexicana al invitar a la cantante Lila Downs, al guitarrista Miguel Chacón y al contrabajista Arturo Pérez a tocar “La Llorona”, melodía con la que cerró ayer su concierto gratuito en el Monumento a la Revolución, en la Ciudad de México, no sin antes decir: “los quiero México” y ponerse un sombrero de charro, que le entregó la actriz Gabriela de la Garza.
"La música de Bach es un extraordinario ejemplo de cómo la cultura puede conectarnos, ayudarnos a imaginar y a construir un futuro mejor”
Puntual, a las 19:30 horas el músico se presentó en el escenario y comenzó su despliegue de virtuosismo con la primera de las seis suites, que sumergieron al público en un momento de magia.
En los edificios cercanos, los oficinistas abandonaban sus trabajos rutinarios para asomarse por las ventanas y escuchar las notas del violonchelista, que rebotaban en las esquinas de la Plaza de la República.
Un silencio poco usual en el corazón de la metrópoli acompañó el repertorio de quien es considerado el mejor violonchelista. Sólo por algunos momentos se escucharon los zumbidos de dos drones que grabaron el espectáculo y en una ocasión la música clásica se entremezcló con una canción de reguetón de Maluma, que se puso en una terraza ubicada en las inmediaciones
de la plaza.
“Pinches nacos”, “es una lástima”y “bájenle”, fueron algunos reclamos del público casi al finalizar el espectáculo.
Aunque las personas que estuvieron dentro de la zona acordonada escuchaban perfectamente al intérprete, quienes se encontraban en los alrededores apenas lograban apreciar la música, por ello algunos optaron por retirarse.
Durante gran parte del concierto Yo-Yo Ma dirigía su mirada al cielo mientras sus ágiles manos tocaban el violonchelo. Fue su manera de entregarse a cada melodía. Por momentos se le vio triste o de pronto muy sonriente, todo dependía de las notas que salían de su instrumento.
[caption id="attachment_892998" align="alignnone" width="696"] Miles se congregaron en la Plaza de la República. Foto: Álvaro Paulin, La Razón[/caption]
Cada vez que concluía una pieza se ponía de pie y con una reverencia agradecía a los asistentes que lo escuchaban atentos, e incluso miraba la parte posterior del escenario, donde cientos intentaban verlo detrás de una cortina negra.
El estilo elegante y disciplinado del violonchelista, en cada ejecución, combinó con el traje oscuro que eligió para su presentación en México, que forma parte de una gira internacional.
Personas de la tercera edad, niños y en su mayoría jóvenes fueron parte de los asistentes que vibraron con el violonchelo del artista.
El Proyecto que encabeza Yo-Yo Ma nació con el fin de impulsar el mensaje humanista que Bach transmitía a través de su música barroca, uno de los estilos a los que perteneció, en la que había una fuerte influencia religiosa, por lo que el músico alemán exhortaba a ser más humanos con el prójimo.
Después de su estancia en México, la próxima parada es en Lima, Perú, el próximo 30 de abril.
El Dato: El proyecto que encabeza el artista contempla llegar a lugares emblemáticos como la Catedral Nacional, en Washington; y el Nikolaikirche, en Leipzig.
Con información de Javier Chávez