La falta de recursos en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) mantiene en el limbo el proyecto para convertir en un museo y centro de estudios sobre el surrealismo, la antigua casa que Leonora Carrington habitó hasta su muerte, en 2011. Además, la reciente huelga retrasó algunas labores.
La vivienda fue adquirida hace dos años por la universidad con el fin de abrirla al público para que pudiese apreciar cómo era la vida diaria de la creadora: tendrá acceso a su estudio, comedor y hasta a la cocina. La apertura se contemplaba para el pasado 6 de abril, pero no fue posible.
“Se han tenido que retrasar las fechas que originalmente se habían trazado, estaba planeado que este año abriera pero eso no va a ocurrir y aún no tenemos la fecha de cuándo sucederá porque no tenemos recursos para realizar el proyecto”, detalló a La Razón Francisco Mata Rosas, titular de la Coordinación General de Difusión de la UAM.
Para abrir al público el edificio ubicado en Chihuahua 194, en la colonia Roma, Mata Rosas aseguró que es necesario hacer un “refuerzo estructural mínimo” y una serie de adaptaciones que permitan a las personas recorrerlo, como un elevador para personas con discapacidad; además de reparaciones hidráulicas y eléctricas”.
“Llevamos menos de un año de real trabajo y la huelga reciente retrasó más las cosas. Ahorita estamos esperando la obtención de recursos para poder hacer el refuerzo estructural mínimo que se necesita”
Alejandra Osorio
Encargada del proyecto
Dicha labor, precisó, la está haciendo la UAM a través de la Dirección de Obras de la universidad, pero están a la espera de la asignación de recursos.
La morada cuenta con un acervo de 84 piezas escultóricas, cuatro litografías, mobiliario y “todos los libros, cartas y fotografías de Leonora y su esposo, así como todos los objetos que utilizaban en su vida diaria”, que están en comodato de Pablo Weisz Carrington, quien posee los derechos patrimoniales. Actualmente, el proyecto está en la fase de catalogación de dichos artículos, mismo que, por la falta de recursos, lo realizan estudiantes y profesores de la unidad Azcapotzalco.
“El primer piso se utiliza para inventariar, catalogar y guardar los objetos, se está haciendo lentamente porque se está realizando con profesores y alumnos de arquitectura y de la especialidad de restauración; podríamos haber contratado un despacho especializado, pero estamos supliendo la falta de presupuesto con proyectos académicos”, remarcó Alejandra Osorio Olave, encargada del plan.
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“Nos gustaría que el proyecto tuviera un respaldo económico importante, por ello estamos buscando la posibilidad de generar recursos que apoyen al funcionamiento de la casa; todo esto es lo que no nos hace tener una fecha de inauguración”, agregó Mata Rosas.
Respecto a cuánto se necesitaría para completar el proyecto, aseguró que le es difícil hacer una cuantificación monetaria, pero que se buscan alianzas con instituciones públicas como la Secretaría de Cultura local para obtener recursos.
“La UAM, al igual que el resto de las universidades públicas, ha sufrido recortes presupuestales que han pegado en el área de cultura”, lamentó.
Según el Informe de Ejercicio Presupuestal 2017 de la universidad, la adquisición de la vivienda tuvo un costo de 10 millones 81 mil 306 pesos. También se señala que “se trata de un inmueble de tres pisos (planta baja y 2 niveles) con una extensión de 250 metros cuadrados”.
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Planean digitalizar cartas y fotografías
Alejandra Osorio explicó a La Razón que la Casa Leonora Carrington va a ser un proyecto académico que contará con un centro de documentación digital, donde estarán catalogados y digitalizados todos los libros, cartas y fotografías de la artista, mismos que serán de libre consulta para los interesados en estudiar su obra y vida. También se tiene previsto que se desarrollen seminarios y talleres. Además, que haya una sala de exposiciones temporales.
“Queremos conservar la casa tal y como ella la tenía, por ello hemos sido cuidadosos en mantener los espacios como cuando se compró; y para ello tenemos mucha documentación visual respecto a cómo estaban colocadas ciertas esculturas y objetos, la idea es recrear ese momento temporal”, agregó Osorio.
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