Por su ubicación, hay posibilidades de encontrar vestigios arqueológicos en el tramo que cubrirá el Tren Maya; sin embargo, la ruta sólo se modificará en caso de un hallazgo mayor, explicó el director de Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, en conferencia de prensa.
“Si se encuentra una estructura mayor el tren tendrá que cambiar su trayecto para salvar ese espacio”, aseguró el funcionario.
En caso de que sea un hallazgo menor, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, detalló: “si encontramos cosas, que seguramente se tratarán de vestigios arqueológicos donde sea pertinente el salvamento, será importante que las comunidades sean parte; se les darán las herramientas para formar museos comunitarios para que sean quienes preserven, ellas serán las custodias de parte del patrimonio”.
En tanto, Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), añadió que “evidentemente siempre aparecerán objetos, son miles de años los que ha ocupado el ser humano este territorio; no se preocupen, van a aparecer cosas, las obras se van a llevar adelante como ha sucedido siempre”.
Fonatur y la Secretaría de Cultura, firmaron ayer convenios de colaboración con el fin de recuperar, estudiar y preservar el patrimonio cultural en la ruta que atravesará Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.
El acuerdo rubricado por las dependencias incluye cuatro capas: la primera consiste en la realización de un estudio de prospección previa para localizar yacimientos arqueológicos en el subsuelo de la ruta trazada del Tren Maya. Para ello se empleará la tecnología LIDAR, la cual permite la medición y detección de objetos a través de rayos láser, que revela información fidedigna de lo que yace bajo tierra, sin causar daño ambiental.
La segunda parte se ocupará de rescatar la infraestructura ferrocarrilera del siglo XIX sobre la cual transitará el tren; la tercera de reconocer, rescatar y difundir la “cultura viva” existente en los estados que atravesará la obra; se hará un mapa lingüístico de la zona a cargo del Inali; y la cuarta, se enfocará al legado artístico que la región ha tenido en las disciplinas que acompañan a la infraestructura del tren, como la arquitectura y el diseño, y estarán a cargo del INBAL.
El convenio detalla que las empresas y entidades encargadas de la construcción cubran los costos de las labores de recuperación de los vestigios arqueológicos, de acuerdo con la Ley de Monumentos.
Diego Prieto declaró que las labores ya se están realizando y que van al ritmo que va marcando el Fonatur y conforme los recursos disponibles. “Se han hecho trabajos de campo muy puntuales en Palenque y Chichén Itzá para ir definiendo áreas donde la obra impacte de menor manera los vestigios, estamos trabajando de manera preliminar, pero es muy importante contar con esta herramienta del LIDAR”, agregó Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador de arqueología del INAH.
El Instituto no cuenta con equipos LIDAR propios, pero sí con especialistas que saben interpretar los datos que arroja. La licitación está incluida en la de ingeniería básica, cuya respuesta se postergó hasta el 15 de julio.
Prieto destacó que se podrán mejorar más de 30 zonas arqueológicas ubicadas en la ruta, y que, probablemente tres puedan ser abiertas al público. “Hay un interés particular en abrir Ichkbal, en Quintana Roo, para que tengamos una zona abierta al público”, concluyó el titular del INAH.
El Dato: La tecnología LIDAR fue empleada por el INAH para develar una red de carreteras de los antiguos mayas, con el fin de conocer una cueva subterránea oculta en Chichén Itzá.
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